Todo el fútbol pendiente hoy de Diakhaby

Con casi veinte cámaras –catorce había en el Carranza– escudriñando todo lo que ocurra y se diga dentro y fuera del terreno de juego de Mestalla; con Mouctar Diakhaby presumiblemente de titular; con Cala ayer jugando a un buen nivel los 90 minutos del partido contra el Getafe; con la ausencia del siempre querido David Silva por culpa de una lesión; con Anil Murthy esta vez sí en el palco, y todavía con la resaca de las manifestaciones de Javier Tebas, que parece empeñado una y otra vez en darle un tono agrio a todo lo que envuelve al valencianismo (lo último ha sido decir que Diakhaby entendió mal a Cala pero mucho antes dijo que algunos presidentes del Valencia no le llegaban a la suela del zapato a Lim). Son estos parte de los ingredientes que configuran el Valencia-Real Sociedad de esta tarde, que debe corregir todo el desajuste que se desparramó hace siete días y que atrajo la atención del panorama futbolístico mundial.

Hoy todos los focos estarán pendientes de Diakhaby, un futbolista que dentro del valencianismo provoca cierto debate. De la simpatía y el afecto que ha ido recabando estos últimos días a las críticas por actuaciones pasadas provocadas por sus maneras a veces un tanto descoordinadas y hasta infantiles. Diakhaby y el Valencia parece que han pasado de víctimas claras a elementos extraños.

El miedo de la patronal a que la imagen del fútbol español se ensucie supuestamente con un acto desagradable que va más allá de lo puramente deportivo dejó esta semana en cierta desventaja los intereses de un club, el de Mestalla, al que le ha costado gestionar adecuadamente y hasta sacarle partido a toda la crisis desatada en Cádiz. Sólo le queda a Diakhaby y al Valencia que el Comité de Competición afine en sus pesquisas y no entierre el expediente como se teme. Las palabras sueltas que identificaron los expertos a Cala tienen muy complicado provocar un castigo.

Es lógico pensar que llega el partido de esta tarde decididamente condicionado por todo esto, porque prácticamente nadie ha cuestionado en estos días pasados los tres puntos que se quedaron finalmente en la ciudad andaluza la semana pasada. Aquello quedó en un segundo plano, pero el fútbol, y menos ahora, parece que no tiene piedad. En esa tierra de nadie en la que se ha instalado el equipo de Javi Gracia, el único peligro que existe es que en los nueve encuentros contando el de hoy que restan por disputarse, todo el mundo se distraiga más de la cuenta y desvíe la atención. Eso cuesta puntos y los puntos valen dinero.

Del campeón al campeón

Que se lo pregunten a la Real, que empezó a ritmo de campeón y ahora navega en una quinta plaza, eso sí, con el mérito añadido de haber conquistado la Copa del Rey. Envidia sana del Valencia.

Es precisamente ese detalle, el del reciente título conquistado, el que hará que esta tarde los jugadores del Valencia le hagan el pasillo de honor al conjunto donostiarra. El último campeón rinde homenaje al actual, aunque también es verdad que la temporada tiene pendiente añadir a un tercero. Los de Imanol Alguacil vienen contentos pero lastimados en cuanto a efectivos disponibles.

Por el Valencia, a Gracia se le ha acabado despejando el panorama el fin de semana. Maxi se ha recuperado, Guedes parece que finalmente también está listo y hasta Cheryshev apunta por fin a entrar en el once. Aunque por el balance general se pueda creer que no hay suficiente materia para ganar a la Real, conviene tener presente que fue precisamente en San Sebastián donde llegó esta temporada la primera victoria fuera de casa. Fue la cuarta jornada y todavía el Valencia apuntaba, de una manera un tanto inocente, buenas maneras. Se puso segundo clasificado. Eran otros tiempos.