La Asociación de Futbolistas del Valencia acoge tanto a los jugadores que defendieron el escudo en su momento como a la plantilla que cada temporada lleva la camiseta. Eso engloba a Diakhaby, que denunció el domingo un insulto racista en Cádiz, y al resto de sus compañeros, que decidieron marcharse inicialmente del terreno de juego en señal de protesta.
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-¿Cómo vivió todo lo ocurrido el domingo en el Carranza?
-La condena al racismo, como a la violencia de género, tiene que ser siempre firme. En cualquier estamento, ya sea deportivo o en cualquier otro ámbito. Cuando ves que se retiran jugadores en medio de un partido no es agradable.
-Es la primera vez en España que un equipo decide retirarse de un campo de fútbol denunciando un insulto racista.
-Hay que respetar siempre la decisión de los jugadores en ese momento. Otra cosa es juzgar desde fuera sin tener la información suficiente y sí que debemos ser cautos porque nadie la tiene a día de hoy. En la condena al racismo todos tenemos que ir unidos. En lo otro, al no existir de momento ninguna imagen o audio de la acción, debemos de ser cautos. Teniendo claro que parto desde la condena a todo tipo de actos racistas o de cualquier otra índole. Lo ocurrido tiene que tener las consecuencias de todos los actos que queden acreditados.
-¿Cómo exfutbolista, viendo la reacción de Diakhaby que es un muy clara no es un indicio suficiente para creer que sí que sucedió ese insulto de ‘negro de mierda’? Todos sus compañeros creen su versión.
-La reacción de Diakhaby es clara. Ahora lo que se tiene que investigar son los motivos que le llevaron a ese momento. Hay que repasar muy bien la jugada y creo que, también, los minutos anteriores para ver si todo nace de algo previo. Desde luego, lo ocurrido merece una investigación hasta el final. Ahora en los campos se oye todo y cualquier cosa seguro que la ha tenido que escuchar alguien.
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-Hay que condenar los insultos racistas en un campo de fútbol. ¿Y el resto de palabras graves?
-Hay otras palabras que se dicen dentro de un terreno de juego que también deben de ser condenadas de la misma manera. En eso creo que el fútbol, para bien, ha cambiado mucho dentro y fuera del campo. Hay que erradicar cualquier insulto, falta de respecto o cualquier tipo de violencia verbal del fútbol. Muchas expresiones se asumen como parte del juego y no ocurre nada. Seamos ecuánimes. Te puede doler igual un ‘negro de mierda’ o un ‘hijo de puta’. Hay que perseguir todos los insultos en el césped y en la grada. Nos falta educación deportiva y todo parte de las escuelas de fútbol. Hay que formar a los niños desde la base para que luego no ocurra de adultos.
-¿Entiende la reacción en caliente del equipo de plantarse y de no haber salido ya a jugar si de ellos hubiera dependido?
-Esa situación hay que vivirla. Ahí, más que los futbolistas el que tiene que pensar fríamente es alguien como club. Como entidad. Saber lo que se puede hacer, lo que no y las consecuencias que puede tener un plante. Hay que pensarlo fríamente pero en el campo si yo hubiera sido jugador me hubiera sumado a los compañeros, apoyando al compañero afectado. Como todos. Esas cosas hay que hablarlas con el árbitro y saber las consecuencias que puede tener con las normas que hay ahora mismo en el fútbol. Hay unas leyes que respetar y si te sales tienen consecuencias. Las personas del club son las que tienen que valorar y dar esa información a los futbolista para decidir. Fue una situación inédita en el fútbol español y en el caso de que vuelva a ocurrir hay que saber cómo actuar.
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-¿Existe esa persona de club para tomar decisiones tan en caliente, estando en contacto con la Liga o la Federación, ahora mismo en el Valencia?
-Esa figura es el presidente o la persona que el club considere oportuno. Lo único que hace falta es una persona que conozca las normas que hay que cumplir, las consecuencias que puedan tener y transmitirlo al presidente en caso de que no lo sepa. Para eso están los servicios jurídicos. Los futbolistas hicieron lo que hubiéramos hecho todos, apoyar a nuestro compañero.
-Usted vivió un precedente donde el motivo no fue el mismo pero sí el fondo, cuando Hiddink indicó que si no se retiraba una bandera nazi de la grada de Mestalla no se jugaba un partido.
–Sí, eso fue así. Se denunció que esa bandera atentaba contra una norma básica, era visible, y no se debía jugar el partido. En ese momento estábamos de acuerdo los jugadores de los dos equipos, los entrenadores y los árbitros de aquel día. Se retiró y se jugó.
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