Es difícil que Hugo Duro Perales (Getafe, 10-11-1994) no contagie su espíritu alegre. Dicharachero, de rostro y ánimo juvenil y de aspecto nada ... corpulento para el trabajo que realiza, así como quien no quiere la cosa el futbolista se ha convertido en el 9 del Valencia. Y no porque lo lleve estampado a la espalda, sino porque de momento está salvando la responsabilidad de un número que siempre tiene un peso añadido en la casa blanquinegra. Nueve en la camiseta y nueve muescas en su cuenta anotadora, la máxima que ha alcanzado en su corta trayectoria como profesional. El tipo no tiene nada que ver con el de la temporada pasada: tristón fuera del campo y nada resolutivo dentro (sólo hizo dos goles, uno en Liga y otro en Copa).
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Este año, Baraja le ha dado un lavado de cara importante y se permite ahora el jugador el lujo de bromear en plena comparecencia ante los periodistas con Javi Ribes, jefe de prensa y sentado a su derecha, o encajar con una sonrisa en la cara el desafío de una hipotética llamada de la selección. Tal es la desbordante felicidad que derrocha que se atreve a romper la estricta ley que ha impuesto Baraja en el vestuario. «Hablamos más que hace cinco meses. Estamos lejos del descenso, tenemos un grupo ambicioso. Queremos mirar a Europa», afirma, para darse cuenta de inmediato que pisa terreno peligroso. «Pero somos precavidos. Ahora toca jugar en el Metropolitano, así que ahora a ganar y ojalá que cuando queden cuatro o cinco jornadas podamos decir que podemos luchar por eso, pero queda medio año y vamos poco a poco, partido a partido».
33 tiros a puerta ha realizado en los veinte encuentros de Liga que ha disputado. Esos nueve goles pulverizan los siete que entre Liga (5) y Copa (2) hizo el año pasado Cavani. No tienen nada que ver uno y otro. Ni el vestuario del curso pasado con el de este. No es la primera vez que el madrileño da pinceladas al respecto. «Todos tenemos asumido que no hay ningún crack que pueda dejar de correr. Los que vienen del Mestalla son una maravilla, son humildes, tienen ganas de trabajar… Es difícil dar con un grupo así, todos vienen con ganas de trabajar, ayudar, no ahorrarse una carrera y esa unión que tenemos, puedo decir que no he estado nunca en un vestuario tan bueno».
Eso juega a favor de Baraja, de quien nadie hasta la fecha ha puesto algún pero. De hecho, sólo hay que acudir a Mestalla en cualquier partido para percibir el 'aplaudímetro' de la grada para comprar los aplausos que se le da a los jugadores cuando son nombrados por megafonía y cuando le llega el turno al entrenador. «Es un grupo currante, humilde, joven y todo el mundo tiene ganas de aportar y demostrar. Para todos es una oportunidad única poder estar aquí, poder ganarnos un puesto en el Valencia. Y luego, el míster, es justo, nadie se puede relajar porque te quita del once. Esa competitividad hace que seamos un mejor grupo y que salgan las cosas bien».
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Con 16 goles, Rodrigo está en la cima en cuanto a goleadores blanquinegros esta década. De momento, Duro se toma con calma esa meta personal (está a siete goles con 17 partidos aún por delante). «A mí me gusta ir paso a paso, vengo de un año en el que tenía las expectativas altas y fue un año malo. Ojalá se dé». No duda en cambio sobre su situación: «Estoy súper cómodo. Venir a este club es un orgullo».
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