El Valencia insiste en que Lim no vende

Atrás quedan «48 horas de reuniones y mucho trabajo» en el sudeste asiático, tal y como enfatizó el portavoz, con Peter Lim, con el objetivo de planificar el futuro del club, ya sea en Primera o en Segunda. Porque en este Valencia de Meriton ya no se cotiza que se Lim el que viaje a España para reunirse con sus empleados. Todo se tiene que hacer en Singapur, con el gasto de tiempo –y dinero– que ello supone. Algo de lo que precisamente este actual Valencia no anda sobrado.

La única pregunta a Meriton sobre la que el valencianismo quiere respuesta es con respecto a la opción de que Lim venda sus acciones. El club sigue insistiendo en que no está en los planes de Meriton. «No hay ningún atisbo de venta. Nada. ¿Ofertas? Son ofertas de las que habláis vosotros (refiriéndose a los periodistas), pero allí no me han transmitido nada. Además, las reuniones eran de trabajo para planear temporadas futuras, con lo cual entiendo que no», sentenció Solís, dejando claro con esa última frase que Lim no se plantea en el futuro más inmediato vender su paquete accionarial y marcharse del Valencia.

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La delicada situación clasificatoria, al borde del descenso, amenaza a una directiva señalada pero que parece intocable para Lim. En cualquier empresa deportiva, después de haberse quedado lejos de los objetivos y haber realizado una de las peores temporadas que se recuerdan, en el viaje a Singapur se hubiera puesto en peligro, como mínimo, el puesto de Corona. Pero con Meriton las cosas no funcionan así. Se les refuerza y se les da confianza para revertir una situación que de ellos ya no depende, puesto que la oportunidad que tuvieron fue en invierno con algún fichaje. La plantilla se quedó tal y como comenzó la temporada, motivo por el cual Gattuso huyó.

Nada más aterrizar en Manises, Solís atendió brevemente a los medios de comunicación –mientras el resto de sus acompañantes desaparecían de la imagen– dando otra vez un barniz de normalidad a una situación que no lo es: «Ha sido una reunión positiva, de trabajo como siempre. Lo encuadramos en la más absoluta normalidad. Estoy seguro de que todos los clubes en estas épocas empiezan a pensar, planear y discutir. No era más que eso». Porque sí, todos los clubes planifican. Faltaría más. Pero lo hacen en sus ciudades deportivas u oficinas. No a 12.000 kilómetros con un propietario que no visita el estadio de su equipo desde hace casi un lustro. No estaría mal que lo volviera a hacer, ahora que va ser centenario.

Preguntado por si el máximo accionista del Valencia está al tanto de la delicada situación que atraviesa su equipo peleando por evitar el descenso, el portavoz del club de Mestalla afirmó que «absolutamente ve todos los partidos», a pesar de que muchos de ellos se juegan a altas horas de la madrugada en su hora local, y que «está preocupado». Esto último, a buen seguro que escocerá al valencianismo puesto que es la misma persona que no autorizó reforzar al equipo en invierno. «Hemos estado con él. Han sido 48 horas de reuniones y mucho trabajo. Evidentemente, es una persona preocupada por la situación. No tiene ninguna duda de que vamos a salir adelante. Tenemos que seguir trabajando», sentenció Solís.

La doble realidad que se vive entre directiva y la plantilla se hace cada vez más evidente. Mientras Layhoon, Corona y Solís recorrían medio planeta en avión, tanto jugadores como cuerpo técnico realizaron el jueves una comida de conjura, para pensar única y exclusivamente en el presente más inmediato; el partido de mañana en Vigo. Los jugadores no entienden que, con la permanencia en juego, se realizara el viaje a Singapur.