Kempes declina la invitación de Lim y no acudirá a Mestalla

Mario Alberto Kempes sigue siendo el murciélago del Valencia. Ese honor, ni se compra ni se vende. Se tiene. El Matador, a sus 68 años, volvió a recibir este viernes el inmenso cariño de un valencianismo que le sigue venerando con orgullo por su pasado de gloria defendiendo la camiseta, siendo el mejor jugador del mundo en su época, y también por su pensamiento libre con el proyecto de Meriton. Una independencia que le costó en su momento su puesto como embajador del club. Singapur no perdona a la disidencia. Ninguneado en sus últimas visitas a la ciudad, en esta ocasión ha sido él el que ha declinado la invitación del club a asistir a Mestalla para presenciar el partido contra el Osasuna. Evitará la foto con la plana mayor de Meriton, presente por la reunión del consejo de administración que se produjo en la sede del club. Su agenda –presenta el vino que lleva su nombre este martes– no le impedía estar hoy en el partido del Valencia.

Cuando Kempes llegó a 'Libro Ideas', el lugar donde firmó los ejemplares de su biografía, ya le estaban esperando varios cientos de aficionados. Fue un goteo de más de dos horas. Aunque al principio se mostró reacio a hacer declaraciones, terminó abriéndose como siempre hace cuando pisa territorio valenciano: «Estoy igual que ustedes, defraudado pero hay que seguir apoyando a los jugadores y ver cómo termina la temporada. Después se verá. Estoy preocupado porque soy hincha del Valencia, he vestido la camiseta y duele».

El argentino recordó que vivió una situación parecida como jugador «pero lo salvamos en el último partido» con aquel mítico gol de Tendillo al Real Madrid y brindó, nunca mejor dicho por uno de los motivos de su viaje, para que «ojalá pase lo mismo. Hay que hacer de tripas corazón y tratar de sacarlo. Si se desciende es porque se han hecho las cosas mal pero no todo será culpa de los jugadores». Un mensaje claro para la gerencia del club. «El Valencia no va a desaparecer nunca, siempre va a estar ahí. Que pueda descender entra en las posibilidades de todos los años pero esperemos que no», sentenció la leyenda.

Presenciar las más de dos horas de firmas y fotos permitió comprobar, una vez más, que el sentimiento de militancia que evoca Mario Kempes ha pasado de abuelos a nietos. El Matador firmó todo tipo de objetos con sabor añejo, desde camisetas de su época a algún ejemplar de la revista oficial del club que se editó tras el título de la Copa de 1979. Con ella en las manos, se detuvo a repasarla y no pudo evitar ese brillo en los ojos que siempre es la antesala de la emoción. «Kempes es el ídolo de Mestalla, el que nos representa a todos y nos defiende contra la lacra que tenemos», opinó Manuel López, de la Penya de Ayora. Uno de los primeros de la cola, con una sudadera con la figura del rosarino: «El Valencia no va a desaparecer nunca porque es un sentimiento y los sentimientos no desaparecen. Hay que apoyar al equipo muerte y a Meriton echarlo del club. A cualquier valencianista le gusta que haya declinado la invitación al partido».

Un grupo de aficionados intentó que Kempes posara con la bandera amarilla opositora a Meriton. Los acompañantes de la leyenda, de buen talante, declinaron la opción. Vicente Alonso, uno de los portadores, defendió esa doble vía de expresión: «Vengo a que me firme el libro pero también con el cartel de Lim Go Home para reivindicar que se vaya esta gente. Kempes no es de los dudosos, siempre se ha mostrado muy claro con la gestión de Meriton y por ser tan claro está fuera del club. No necesita blanquear a nadie porque tiene su vida fuera». A su lado, Alejandro Martínez tenía claro que «siempre se ha puesto del lado de la afición como se tendrían que poner todos los exfutbolistas que sientan el escudo». «Si seguimos con Peter Lim, el Valencia se acaba», apuntó Raúl Gil. Una tertulia improvisada delante de la leyenda.

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