Kempes y Scotta se saludan en el Sánchez Pizjuán a la conclusión de su primer enfrentamiento. El partido se disputó el 12 de diciembre de 1976 y acabó con empate a cero. Bernat Navarro Porter
El túnel del tiempo

Kempes y Scotta, duelo entre cañoneros argentinos

En la segunda mitad de los años setenta, los enfrentamientos entre Valencia y Sevilla estuvieron marcados por la presencia de sendos delanteros

Paco Lloret

Valencia

Sábado, 17 de febrero 2024, 01:37

En la segunda mitad de los años setenta, los duelos entre el Valencia y el Sevilla estuvieron marcados por la presencia de sendos delanteros argentinos: Mario Alberto Kempes y Héctor Horacio Scotta. Ambos aterrizaron en el fútbol español al mismo tiempo. Corría el verano de ... 1976, cuando los valencianistas incorporaron al «Matador» Kempes, procedente de Rosario Central. Desde el legendario San Lorenzo de Almagro llegó «Gringo» Scotta al club hispalense.

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Ambos destacaban por su capacidad goleadora y por la potencia descomunal de su disparo. Kempes aventajaba a Scotta en rendimiento realizador y versatilidad, dominaba más facetas en el ataque. Antes de que se produjeran sus respectivos fichajes, en abril de 1976, Kempes y Scotta formaron parte de la selección de su país que participó en una gira por diversos países de Europa. Su última parada fue en el Sánchez Pizjuán, donde se registró un empate a cero en el amistoso contra los anfitriones. En el once que dirigía el «Flaco» Menotti figuraba Mario Kempes como titular. En la segunda mitad el futuro valencianista fue reemplazado por Scotta.

Un mes antes de ese partido, el Valencia había batido al Sevilla por 3-0 en Mestalla con un triplete goleador de Johnny Rep y una actuación estelar de Salif Keita. En el conjunto sevillista se alineaba Biri-Biri, otro destacado delantero africano. Ambos clubes acabaron empatados a puntos después de protagonizar una liga mediocre en el ejercicio 75-76. El Valencia fue décimo, un puesto por delante del Sevilla. Aquel período, a mitad de los años setenta, representó una etapa de transición para los de Mestalla mientras que el club andaluz reaparecía en primera división después de un trienio en segunda, con riesgo incluso de bajar a tercera. El ex –valencianista Enrique Buqué estuvo como entrenador y secretario técnico en ese turbulento ciclo.

Cuando llegó el verano, y de cara a la siguiente campaña, los dos clubes se aplicaron en mejorar sus prestaciones. Con Pasieguito al frente, el Valencia se lanzó a confeccionar una plantilla estelar sin reparar en gastos. La última incorporación fue la de Mario Kempes, a mediados de agosto. Su fichaje resultó muy complicado y estuvo envuelto de grandes dificultades. Valió la pena el esfuerzo y la paciencia. Por su parte, el Sevilla apostó por un jugador más hecho y contrastado al que avalaba haberse convertido en el máximo goleador en el campeonato argentino de 1975 con un registro estratosférico: 60 goles. Scotta tenía cuatro años más que Kempes.

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Pasieguito y Buqué eran amigos, habían compartido muchos partidos con el Valencia, titulares en la conquista de la Copa de 1954, coincidieron en la búsqueda de refuerzos en Argentina para sus respectivos clubes. Pasieguito lo tuvo claro desde el primer día: Kempes era el jugador elegido. Buqué se decantó por Scotta. Ambos fichajes se estrenaron en la Liga en la primera jornada del campeonato 76-77, pero con suerte dispar. El Valencia batió al Celta con dos goles de Kempes, mientras que el Sevilla empató a cero en casa con el Elche después de que Scotta fallara un penalti.

En la decimocuarta jornada se produjo el reencuentro de Kempes y Scotta sobre el césped de Nervión. No hubo goles. Un resultado que mantuvo al Valencia en la segunda posición de la tabla, a uno del Barça, que ocupaba el liderato. Si en Sevilla se registró un empate a cero, en Mestalla, en el choque de la segunda vuelta, se vivió una tarde memorable. El Valencia se impuso por 4-0 y Kempes marcó dos golazos, uno, posiblemente, sea su gol más bello como valencianista. La actuación del cordobés fue calificada de antológica La grada vivió un día de éxtasis. Rep hizo los otros dos, uno de ellos tras una acción espectacular. La presencia de Scotta pasó inadvertida. Sus temidos lanzamientos de falta que derribaban barreras e intimidaban a los porteros por la potencia descomunal con la que chutaba no aparecieron.

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Mario Kempes hizo del Sevilla una de sus víctimas favoritas. Le marcó en Mestalla durante cuatro campañas consecutivas, las mismas en las que Scotta estuvo en su plantilla. En el cómputo realizador figuran tres dobletes y un total de nueve goles. Scotta sólo le pudo marcar dos goles al Valencia, ambos en el mismo ejercicio, el 79-80, en su última campaña en el fútbol español. Uno de ellos fue en Mestalla e inauguraba el marcador en un duelo remontado por los locales con tantos de Kempes y el paraguayo Orlando Giménez, el otro fue en el Sánchez Pizjuán, con triunfo local por 2-1 y gol de Kempes de penalti para los visitantes.

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