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Se fue para no volver nunca más a Valencia en 2017 y cinco años después no ha tenido otro remedio que deshacer el camino para sacar al Valencia del pozo de la desesperación. Fregona en mano, Layhoon Chan regresó a la entidad de Mestalla este ... verano (17 de agosto fue el anuncio oficial) con tres objetivos principales: hacer un lavado de cara al club desde el punto de vista social; intentar resolver de la mejor manera posible el entuerto del nuevo Mestalla del que tantas veces ha rehuido Meriton y evitar un descalabro mayúsculo en las famélicas cuentas. Son los tres grandes desafíos que afronta en ésta, su segunda etapa, la única mujer que ha sido presidenta de un club venido a menos desde que Peter Lim decidió comprarse un equipo de fútbol en Europa.
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A diferencia de su primer paso (2014-2017), en esta ocasión el escenario ha cambiado por completo. Layhoon ya no tiene a la afición de cara como en los primeros años de dominio singapurense. Ahora bien, cualquier toma de decisión o comportamiento que tenga, es difícil que pueda empeorar el legado que dejó su antecesor. Peor que Anil Murthy no lo va a hacer. Y ahí ya parte al menos con cierta ventaja. Su trato amable y educado, en cambio, no han hecho que varíe la percepción que se tiene entre la afición de que Meriton ni ha pedido perdón por su comportamiento y trato ni lo va a pedir. Quizás va intrínseco al carácter singapurense, pero sirva como ejemplo de ello dos apuntes. Cuando Joan Ribó se reunió con Layhoon en julio cuando ésta todavía no era presidenta –fue en calidad de mano derecha de Lim–, el alcalde se encargó de anunciar que entre los acuerdos a los que habían llegado referente al problema urbanístico existía el compromiso de disculparse a la afición. No hubo pronunciamiento de Meriton al respecto. Otro apunte: la famosa frase de 'yo soy Peter Lim'. Layhoon la pronunció el 16 de diciembre de 2016 en una rueda de prensa cargada de tensión. Tuvieron que pasar seis años para que este 12 de diciembre, Layhoon volviera a referirse a aquella desafortunada frase para apuntar que se había malinterpretado su verdadera intención. Al margen de este tipo de matizaciones, es indudable que la presidenta ha asumido en apenas unos meses una ardua labor en lo que a regeneración de imagen se refiere. Peter Lim no pisa Mestalla desde el 15 de diciembre de 2019. Y no tiene pinta de que en 2023 vaya a hacerlo. En cambio, el relevo generacional ha llegado con la incorporación en el consejo de su hijo Kiat. A Layhoon le ha sido asignada también una misión más personal que profesional: aleccionar al heredero en los negocios y eso incluye instruirlo en el valencianismo. Peter Lim se irá un día del Valencia pero de Layhoon depende que lo haga en mitad de una guerra y con numerosos frentes abiertos –lo que dificultaría siempre la venta accionarial– o con un Valencia con la aspiración, al menos, de recuperar su esplendor.
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