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Marcelino García Toral, emocionado durante la rueda de prensa de este viernes.

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Marcelino García Toral, emocionado durante la rueda de prensa de este viernes. Irene Marsilla

Marcelino: «El detonante de mi destitución fue ganar la Copa»

El asturiano se despide entre lágrimas y asegura que Lim cambió el modelo de gestión deportiva sin previo aviso: «Rompió el pacto de forma unilateral»

Viernes, 13 de septiembre 2019

Un discurso nítido, crudo, contundente y bañado en lágrimas. Marcelino García Toral habló desde el orgullo de haber superado las expectativas deportivas, pero sobre todo desde el dolor. No tuvo reparos en analizar detenidamente su abrupta destitución del Valencia. El origen de la ruptura. El entrenador asturiano se despidió ayer embargado por la emoción y expuso su profunda decepción con el propietario del club, un Peter Lim que desdeñó la Copa del Rey.

Marcelino no pudo reprimir el llanto cuando recordó su charla en el vestuario para decir adiós: «Fue muy triste. Tenemos un agradecimiento total a los jugadores...». Con los sentimientos a flor de piel, se quebró su voz: «Estarán en mi corazón hasta el último día de mi vida».

El respaldo de la plantilla le reconforta: «La respuesta de los jugadores ha sido increíble. Era lo que nos demostraban cada día, aprecio, respeto, unión, compromiso, ganas de crecer juntos... La plantilla lo pasó muy mal en pretemporada con toda esta inestabilidad». Y desveló cómo gestionó el club su despido: «La idea inicial era que dos empleados me entregaran una carta. Luego Mateu Alemany -director general- quiso transmitírmelo personalmente, porque era él quién me había traído. Sin explicación. No he hablado con nadie más del club».

Pero Marcelino tiene una teoría bien clara: «Durante la temporada recibimos mensajes directos de que teníamos que rechazar la Copa. La afición y los futbolistas querían luchar por la Copa. Y tenían la convicción de ganarla. Nosotros también. Ganar la Copa fue el detonante de esta situación. Estamos seguros. Quién me lo iba a decir. Decían que la Copa era una competición menor, secundaria, y que podría poner en riesgo otros objetivos como la Champions».

Las claves

  • Respaldo del vestuario. «La respuesta de los jugadores ha sido increíble. Estarán en mi corazón hasta el último día».

  • La Copa del Rey. «Durante la temporada recibimos mensajes directos de que teníamos que rechazarla».

  • Trato de Peter Lim. «No nos felicitó en Sevilla. Y cuando fui a Singapur me felicitó por la Champions y no por la Copa»

  • Cambio de modelo. «Si se nos hubiese dicho en tiempo y forma habríamos podido decidir si éramos las personas indicadas».

  • Política de fichajes. «En ese pacto inicial tengo una opinión importante#y casi decisiva en la confección de la plantilla».

  • Abre la puerta a un regreso. «Disfrutaríamos#volviendo a entrenar#al Valencia. Es una#obra incompleta».

El asturiano siente «incredulidad e impotencia». Y entiende que Lim quebrantó los códigos pactados en mayo de 2017: «Empiezan a surgir conversaciones en que parece que el modelo de trabajo se ha modificado. Pedimos ir a Singapur para hablar con el propietario. Y se me dice que hay una confianza absoluta en mi trabajo. No se nos transmite un cambio de modelo. Nos dicen que todo va a seguir igual. Volvemos y vemos que no es así. Esto no es una discrepancia entre el propietario y el entrenador».

Sin previo aviso: «El propietario tiene derecho a cambiar el modelo, pero son muy importantes los tiempos y las formas. Si se nos hubiese comentado en tiempo y forma, nosotros habríamos tenido la posibilidad de decidir si éramos las personas indicadas para seguir en este proyecto. Siempre hemos conseguido subir el nivel competitivo de la plantilla. Ese era nuestro único objetivo».

La reacción de Lim tras conquistar la Copa también resultó significativa: «No recibimos felicitación en Sevilla por parte del propietario. Y cuando el 19 de julio fui a Singapur, me felicitó por la Champions y no por la Copa. Podéis comprender mi sorpresa», señaló Marcelino, negando que haya desafiado a Lim a través de sus últimas intervenciones: «No soy quién para echar un pulso a la propiedad. Con Mateu he convivido y hemos confeccionado este proyecto ganador. Con discrepancias, pero las discrepancias enriquecen. Con diálogo hemos hecho un equipo competitivo. Mi única intención fue opinar para desde el consenso tomar decisiones. En ese pacto inicial, roto luego de forma unilateral, hay una condición sin la cual no habría sido entrenador del Valencia. Tengo una opinión importante y casi decisiva en la confección de la plantilla». La posición del director general queda debilitada: «Nunca discuto la autoridad. Mateu era el máximo responsable. Y digo 'era' porque en un momento dejamos de serlo». Eso sí, ensalza la labor del dirigente balear: «Mateu es la persona que me ha traído al Valencia. Siempre le estaré agradecido. Además, la relación profesional se ha transformado en una relación también personal».

Marcelino considera que su salida no está relacionada con el objetivo de Lim de aumentar la apuesta por los jóvenes: «En dos temporadas han debutado cinco jugadores de la cantera. Ferran es en la historia del Valencia el jugador más joven que ha jugado 50 partidos. Kang In está entre los jugadores de las grandes ligas con más participación a su edad. Nadie me impuso que pusiera a los jóvenes. Si Kang In fuera la causa, deja en mal lugar a quien utilice ese argumento para justificar mi destitución. Me parece inapropiado e injusto aprovechar la situación de un jugador joven y con futuro para generar una situación hostil contra el entrenador».

El futuro de Rodrigo también alimentó la tensión: «El propietario puede vender al futbolista que estime oportuno. Y nosotros debemos estar preparados para solucionar esa circunstancia. Estábamos preparados. Pero lo que me llegaba de mis superiores era que no iba a venir otro futbolista o que no iba a venir un futbolista que compensara la enorme pérdida». Finalmente, Lim se negó a la cesión de Rafinha: «Igual en ese momento ya estaba pensando que Marcelino tenía un recorrido corto». Y abre la puerta a un regreso: «Disfrutaríamos volviendo a entrenar al Valencia. Es una obra incompleta».

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