L. M.
Valencia
Miércoles, 12 de enero 2022, 10:50
Daniel Wass es el ojo de todas las miradas en el Valencia. La marcha del polivalente futbolista danés al Atlético de Madrid es un hecho. En Valencia sólo le retiene la insistencia de José Bordalás hacia el club de no dejarlo marchar hasta lograr un recambio para el centro del campo. El técnico blanquinegro es consciente de lo complicado que es el mercado de invierno pero también sabe que si se marcha el futbolista con más minutos de la plantilla va a tener un gran problema a la hora de afrontar la segunda vuelta de la temporada que acaba de arrancar.
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En la mañana del miércoles, el equipo ha vuelto al trabajo después de dos días de descanso tras la derrota ante el Real Madrid, con polémica incluida, para preparar el choque de octavos de final de la Copa del Rey. Ya sabía Bordalás que ante el Atlético Baleares no podrá contar con Carlos Soler ni tampoco Gabriel Paulista, ambos son baja por lesión. A lo largo de la campaña, el Valencia ha acumulado bajas en defensa, esta situación además de los errores tanto individuales como colectivos han condenado al un equipos que acumula 33 goles en contra. El técnico alicantino nunca había encajado tantos goles y es consciente de que además de trabajo, necesita refuerzos. No le sirven a Bordalás las excusas respecto al Fair Play Financiero ni demás tal y como dijo en rueda de prensa semanas atrás.
Antes de empezar el entrenamiento, el Valencia ha sometido a test Covid a sus futbolistas y tres jugadores, Maxi Gómez, Helder Costa y Denis Cheryshev han abandonado la ciudad deportiva de Paterna.
El preparador también está pendiente de saber si para la puesta a punto de cara al choque copero podría contar con los lesionados Dimitri Foulquier, Toni Lato. Thierry Correia que fue baja de última hora para el choque frente al Real Madrid, trabaja con el grupo.
Mientras, el equipo rival sigue pendiente de recuperar a futbolistas después del brote que se inició hace un par de semanas y que se expandió en el vestuario dejando al técnico del conjunto de Palma de Mallorca con tan solo seis efectivos. La entidad, que juega por primera vez octavos de final de la Copa tras haber eliminado a Getafe y Celta, espera poder recuperar a futbolistas a lo largo de la semana.
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La afición, por su parte, intentará hacer del Estadi Balear una auténtica caldera con algo más de 3.000 personas, las permitidas por la situación sanitaria de la isla.
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