Meriton agranda la brecha con el valencianismo

¿Queda de verdad alguna voz autorizada en el Valencia que le pueda decir con cierta efectividad en algún momento a Meriton lo que representó, por ejemplo, Españeta? La reflexión, expresada ayer por una de las personas muy cercanas a Anil Murthy, encaja en la sensación que hoy por hoy tiene el valencianismo respecto a las maneras que de un tiempo para aquí ha decidido adoptar el máximo accionista, representado en el club por Anil Murthy como primera figura y Joey Lim como nuevo responsable autorizado.

Para muchos aficionados, y sólo hay que ver cómo hierven las redes sociales en los últimos tiempos, el Valencia transmite la sensación de caminar hacia lo desconocido y no sólo en lo que a la posibilidad de venta de acciones se refiere. El último apunte de cierto calado ha sido el despido el martes del director de comunicación (Álex Navarro), al que se añadió ayer además el de una periodista (Cristina Lloret) de ese mismo departamento, también con los mismos 16 años de antigüedad que el primero en la empresa (la intención también era despedir a un tercer periodista, que se libró poco menos que de milagro).

Justo un mes después de haber aterrizado a la ciudad y de haber tomado posesión del cargo (jefe de administración), Joey Lim ha iniciado una profunda reestructuración en la entidad que se ha centrado, en este primer momento, en un área tan sensible como la de comunicación. El club, a día de hoy, se ha autodescabezado de la persona que se encargaba de servir de hilo transmisor entre el Valencia, la prensa en general y, en última instancia y como receptores, los aficionados. Sin hablar ni una sola palabra de castellano todavía, Joey Lim lidera una reforma integral en el momento en el que la imagen de Meriton en general y de Peter Lim y Anil Murthy en particular está en un momento tan bajo que ni la revista de Singapur auspiciada por el máximo accionista logra con su particular 'ingenio' levantar.

La desafección es en estos momentos uno de los apuntes en lo que vienen a coincidir todos los grupos de aficionados y diversas plataformas que han nacido desde la temporada pasada y que se han convertido en el azote de Meriton en la ciudad. La presencia de Arias, Tendillo y Bossio como embajadores del club no evita el vacío de voces creíbles.

Anil Murthy no concede entrevistas, prefiere funcionar a base de comunicados y con declaraciones a la web del club; al entrenador sólo se le permite las ruedas de prensa; los jugadores apenas hablan en los medios y de la labor y reuniones de los miembros del consejo de administración se sabe más bien poco por no decir nada. Si la gestión sobre la planificación deportiva provocó el enfado general incluso del propio entrenador, de las verdaderas intenciones sobre el nuevo Mestalla sólo se conocen las fotografías con los políticos. «¡Construid! ¡Da igual como! ¡Construid! El nuevo estadio es una gran oportunidad de hacer cambios que ahora no podemos hacer en el proyecto actual debido a las restricciones físicas», decía Murthy al respecto el otro día a un grupo de estudiantes.

El Valencia no tiene en estos momentos ningún portavoz que pueda dar versión oficial sobre cualquiera de los diversos incendios que prácticamente cada día amenazan la estabilidad del club. El consejero José Luis Zaragosí salió hace tres semanas a dar la cara y la respuesta que obtuvo de Meriton fue la de dejarlo en fuera de juego con el cierre de mercado. Las posteriores explicaciones de Murthy no convencieron para nada a la afición.

El Valencia potenciará para el futuro sus propios canales de comunicación, intención que ya mostró cuando en 2014 tomó posesión Peter Lim. En apariencia, Joey Lim ha influido en un mes mucho más que Kim Koh en los seis años que está aquí. Meriton ha activado una maquinaria y la brecha se agranda.