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iorgi Mamardashvili centró ayer todas las atenciones del valencianismo desde que cualquier aficionado abriese un ojo y pusiera pie a tierra para bajar al perro o ir a comprar el pan. Por la mañana, el guardameta emitió por redes sociales un guiño a esos seguidores, ... igual que durante el calentamiento, cuando se escuchó: '¡Giorgi quédate!'. El georgiano, con el estadio todavía medio vacío, se tocó el escudo que defendió anoche una vez más mientras se resuelve su futuro.
Mestalla arropó al mejor guardameta de la Eurocopa, pero no hubo a lo largo del partido un clamor tratando de tocar lo emocional del futbolista, que esta semana ha alcanzado un acuerdo con el Liverpool. La operación está en el aire mientras el club inglés se decide a poner sobre la mesa cinco millones más para llegar a los cuarenta que exige Peter Lim por Mamardashvili.
En este sentido se pronunció Miguel Ángel Corona, director deportivo del Valencia, en los prolegómenos del partido. «Es muy recurrente pero es algo en lo que creemos mucho, el trabajar día a día y ser mejores en cada entrenamiento. Estamos muy cómodos y convencidos de que ese debe ser nuestro discurso. El mercado dice que es un grandísimo jugador, pero si juega con nosotros es porque no hay nada más, mucha fuerza e interés del mercado, pero nada más», señaló en el micrófono de Movistar, donde también ha hablado de los posibles refuerzos en lo que resta de mercado: «Fuimos muy transparentes, al míster le gusta una plantilla corta y en el extremo nos gustaría tener un cuarto, dentro de nuestras posibilidades. Lo que podamos darle mejoría a la plantilla lo haremos»
De quien no se olvida Mestalla es del máximo accionista, y precisamente a causa de su política de fichajes y traspasos. La afición protestó en el minuto 19 y estalló a la conclusión del partido al iniciar la temporada con derrota. El valencianismo no está contento con la gestión de Meriton en este mercado de verano. Y lo que falta. Javi Guerra a punto estuvo de marcharse al Atlético de Madrid en un movimiento que pocos entienden por la grada del viejo coliseo: «Parece mentira que vayas a reforzar a un equipo que debería ser rival tuyo por los mismos objetivos y además con un chaval de la casa y con mucha proyección», se lamentaba Ismael mientras hacía cola para acceder al estadio. A su lado, tres o cuatro chavales del Barça con el nombre de Yamine Lamal en la espalda le gritaban: «¡Fuera Lim!».
Era un tímido ensayo de algo que ya se ha convertido en un ritual en Mestalla: los cánticos del minuto 19 contra el magnate de Singapur y que incluso han repetido las aficiones de los estadios de la Liga que no quieren ver cómo un equipo histórico como el Valencia sufre hasta por mantenerse en Primera. En la previa del partido frente al Barça, la Grada Joven, puso una pancarta en la que se podía leer: «Un gran Valencia para una gran Valencia», además del nombre de algunos municipios del territorio.
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Antes del sentido y emocionante minuto de silencio por el fallecimiento de Cerveró y de todos los valencianistas que perecieron la pasada temporada, el speaker nombró uno a uno los futbolistas blanquinegros como es habitual. Los más ovacionados: Mamardashvili y Rubén Baraja. La afición del Valencia reconoce la labor de un entrenador que antes ya fue leyenda y sobre el que guarda un gran respeto.
A lo largo del encuentro se escucharon algunos pitos e incultos contra Ferran Torres. Pero cuando Mestalla se indignó de verdad fue cuando Sánchez Martínez perdonó la segunda amarilla a Cubarsí. Hablando de exvalencianistas, una de las grandes atracciones para los aficionados era encontrar a Mario Alberto Kempes, que después de mucho tiempo volvía a Mestalla y lo hacía para comentar el encuentro en una televisión de Estados Unidos. En el palco estaba Carlos Soler, con su futuro por resolver.
Mucho antes del choque, a las 20 horas, en la llegada del autobús del Barcelona a Mestalla, se produjeron algunos lanzamientos de objetos, como botes o botellas de plástico. El fuerte dispositivo policial, con algunos agentes subidos a monumento a la afición, permitió identificar a al menos una de las personas.
El incidente es el único que empañó un ambiente festivo en la previa del primer partido de la Liga, bajo un intenso calor que provocó alguna lipotimia asistida por los servicios médicos desplazados. La llegada del autobús del Valencia a Mestalla fue jaleada por miles de hinchas que quisieron alentar a su equipo en el estreno de la temporada. Al final del encuentro hubo pitos, más que contra los futbolistas, hacia el máximo accionista. Así quedó patente con el unánime cántico: '¡Peter vete ya!'.
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