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L. M.
Valencia
Domingo, 7 de noviembre 2021, 16:55
En anfiteatro central de Mestalla, un adolescente toma asiento junto a un amigo. Es noviembre, pero luce el sol. Hoy, partidazo. A su derecha, han dejado sobre un asiento vacío un par de revistas editadas por Libertad VCF. Arranca el Valencia-Atlético y mientras comentan esta o la otra jugada, miran el videomarcador. Llega el minuto 19, abren las publicaciones y muestran el póster amarillo con el mensaje 'Lim go home' acompañado del cántico: «Peter vete ya». Mestalla es un clamor, apenas ha durado un minuto la continuidad de los gritos de los molestos aficionados. Pero parece haber sido suficiente.
Ese chaval adolescente estuvo hace siete años en el mismo lugar. Por aquel entonces iba a Mestalla agarrado de la mano de su padre. Recordaba el día en el que un Valencia que parecía imparable ganaba al Atlético. Era octubre de 2014, Nuno ocupaba el banquillo y sobre el césped, André Gomes, Otamendi y demás hacían augurar a aquel chaval que habían llegado los tiempos de vino y rosas. En el conjunto madrileño continúa el mismo técnico mientras el adolescente ha pasado la transición desde la niñez hasta la vida adulta viendo cómo Meriton no consolidaba ningún proyecto. Si es que alguna vez lo tuvo.
Ayer, sonó más el 'Peter vete ya', que se vieron las imágenes de los pósters amarillos con el lema 'Lim go home'. El motivo, según denunciaron algunos aficionados, es que la seguridad del estadio arrancó de la revista dichas páginas. Parece ser que se lo quitaron a todas aquellas personas cuya ubicación en el estadio se encontraba a tiro de cámara y podían salir por televisión. Libertad VCF, impulsora de la protesta que también tuvo lugar a través de redes sociales, estudiará las denuncias de los aficionados y, si llega el caso, tomará algún tipo de medidas.
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Más allá del cántico contra el máximo accionista, y el presidente, y un par de arrebatos más (antes de la locura final), Mestalla volvió a mostrar un grave problema con la animación durante el partido. Pero si hay algo que no ha cambiado en estos siete años, ni en estos 102 es la facilidad de la afición para engancharse. Hace falta muy poco por parte de los jugadores para que la grada se eche el equipo encima. Incluso con 1-3 en el marcador. Y tal como ocurrió frente al Mallorca, la afición volvió a rugir hasta lograr remontar dos goles en el añadido. Sin olvidarse de Murthy, al que le volvieron a despedir con aquello de «fuera de Mestalla».
Antes de ese momento de felicidad inmensa de los de casa, en la copada grada visitante, la afición del Atlético que se escuchaba desde el otro lado del estadio e igual alentaba a Simeone como se arrancaba por sevillanas.
A la grada no se le puede reprochar nada. Arropó a sus futbolistas, perdonó a Diakhaby algún que otro error y despidió a jugadores como Racic o Wass, y al resto de sustituidos entre aplausos. Así se fue Rodrigo De Paul y el atlético devolvió el cariño a la afición. Todo lo contrario que Kondogbia.
Llegaba con la duda al partido el futbolista centroafricano y finalmente Simeone lo sacó de refresco. Se llevó el exvalencianista una sonora pitada de una grada que la temporada pasada no pudo reencontrarse con él por la situación sanitaria, y también algún que otro improperio.
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