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Justo el año en el que más se habla de cuántos aficionados del Valencia serían capaces de llenar el nuevo estadio, va y resulta que da gusto ir al viejo por cómo responde la afición. Con el equipo todavía buscando su ubicación pero con personajes como Gattuso y Cavani que gustan al pueblo, en el club están gratamente sorprendidos y más que safisfechos de la respuesta que en cuanto a número está dando la afición blanquinegra.
El sábado, en un horario hasta un poco incómodo porque eran las cuatro y cuarto de la tarde de un sábado, 41.805 espectadores se dieron cita en la grada de Mestalla. Un entradón porque aún teniendo en cuenta que era un derbi regional y hubo bastantes aficionados ilicitanos, no hay que olvidar que se trata del colista de Primera.
El Valencia 2022-23 se ha disparado hasta los cuarenta mil. Es la cifra de aficionados que ronda una jornada tras otra cuando le toca jugar en casa. El máximo, por el momento, lo marcó el día del Atlético de Madrid, uno de los grandes equipos de la categoría y que, encima, siempre viene acompañado de cientos de seguidores. Ese día se registró una afluencia de 43.910 espectadores. Y eso que el equipo de Gattuso venía de perder en San Mamés.
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No influye mucho, por lo que parece, que el Valencia juegue en Mestalla después de perder fuera. El ejemplo es claro. Se perdió 2-1 en Vallecas contra el Rayo en uno de los peores encuentros que ha disputado en lo que va de campeonato y días después, contra el Celta, la entrada se disparó hasta los 40.965. De momento, las dos más flojas, por llamarlo de alguna manera, han sido la del Getafe (38.725) y el día del Girona (39.359), que abría el campeonato.
¿Por qué? Dice el propio club que estas generosas entradas se deben principalmente a la reconexión que hay esta temporada con el equipo, y que se palpa también las ganas que tienen los aficionados de volver a ilusionarse, sobre todo después del año pasado, tan convulso a nivel institucional con las continuas provocaciones de Anil Murthy desde la presidencia. Cada fin de semana se estaba más pendiente de las protestas que había que hacer contra Meriton que del propio equipo.
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