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No se repite la historia pero casi. Un partido de Copa contra un rival dos categorías por debajo, y que menos mal que se solventó dentro de lo que cabe bien, ha vuelto a evidenciar una escena a la que parece que, por desgracia, el valencianismo se está acostumbrando. José Bordalás sigue envuelto en una tormenta que el Valencia viene repitiendo cíclicamente cuando se trata de solventar problemas deportivos. Algo falla en la fontanería interna. Javi Gracia lo padeció descaradamente en sus carnes y salvo que esta semana Aridane, Diawara y compañía despejen el panorama, la cosa no pinta excesivamente bien para nadie.
A Bordalás se le empieza a percibir cada vez con más fuerza su incomodidad con la forma que tiene la secretaría técnica (cuestión de Corona y Murthy, da igual el orden que se quiera) de manejar la situación. Ayer mismo, si en lugar de enfrentarse a un equipo de la antigua Segunda B, el Valencia se las hubiera tenido que ver con otro Primera, nadie tiene muy claro qué es lo que hubiera pasado. Entre el Covid y las lesiones, el Valencia está cogido con pinzas. Tanto es así que Bordalás tuvo que ingeniárselas para disimular las carencias estructurales de su grupo echando mano de jóvenes –para eso están en el filial– que hasta ahora sólo eran conocidos en un ámbito muy reducido. Es verdad que venían entrenando con los mayores en más de una ocasión, pero lo de jugar en partido oficial es algo que les ha llegado casi de una manera inesperada.
No sólo se estrenó a lo grande Cristhian Andrey Mosquera Ibarguren (Alicante, 27-6-2004) sino que el técnico valencianista le abrió en los últimos instantes la puerta de la élite a Javier Guerra Moreno (Valencia, 13-5-2003). O lo que es lo mismo, uno de 17 años de salida para el centro de la defensa y otro de 18 para el centro campo cuando el Baleares ya iba a la desesperada buscando el milagro.
Para evitar sustos, Bordalás tiró de inteligencia y para proteger a Mosquera, cambió el dibujo metiendo tres centrales. El espigado chaval anduvo como defensa libre, con Diakhaby creciendo cada vez más a su derecha y Alderete afilando los dientes a su izquierda. En el Valencia siempre han considerado a Mosquera (internacional sub-15, sub-16 y sub-18) con una proyección importante, no sólo por su imponente físico (1,88) sino por sus buenas dotes a la hora de tener clara su ubicación y el manejo de balón. Le corresponde ahora a Miguel Ángel Angulo seguir puliendo en el Mestalla un valor que cumplió hasta el punto de que, avispada e intencionadamente, Bordalás lo destacó en su discurso posterior.
No fue un Valencia de nota. Quizás tampoco daba para más. La composición de su once muestra abiertamente bajo qué circunstancias está hoy en día el equipo, con un chaval de 17 años en el inicio, otro de 19 (Yunus), otro de 20 (Guillamón), uno de 22 (Hugo Duro) y otro de 23 (Racic). De no haber estado Jaume (31) como titular, la media de edad del equipo titular hubiera sido escandalosa. Aún así, registró 23,09 años. Seguramente, excesivamente tierna para los intereses ligueros que hay. Nada que ver con Aridane (32 años), Diawara (24), Wakaso (31)...
Test pensando en el Sevilla
Con el calendario que hay, cuesta arriba totalmente, el Valencia precisa lo antes posible de recuperar efectivos ante el nivel de los próximos rivales. La situación no es la más idónea para afrontarla con optimismo pero cualquier aportación se da por bienvenida. Es el caso, por ejemplo, de los jugadores que se tuvieron que quedar en casa confinados. Hoy volverá a resultar clave el test a los que se va a someter la plantilla, unos porque vinieron del partido y otros porque no pudieron ir por Covid. Es el caso de Maxi Gómez, Wass (en plena agitación personal por su deseo de irse al Atlético) Cheryshev, Hélder Costa y Manu Vallejo. El miércoles pasa por Mestalla el sevilla, el único equipo que por ahora parece con capacidad suficiente para plantarle cara al Real Madrid en su lucha pro el título de Liga. De ahí que Bordalás necesite recomponer su once con gente con experiencia.
Se espera también que, aunque la vuelta de Foulquier da cierta calma, Correia ya pueda estar a pleno rendimiento. Soler y Paulista deberán esperar.
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