Encumbraba la reconocida revista Vainity Fair hace unos meses a Anil Murthy, llegando a situarlo poco menos que a la misma altura de prestigio y reconocimiento que el que gozan las falleras mayores de Valencia. La realidad ofrece, en cambio, importantes matices. En la encuesta que realizó este periódico nada más conquistar el equipo el título de Copa del Rey y cuando se supone que la espuma de la euforia afectaba a todos, el presidente del Valencia superó el aprobado pero por muy poco.
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Este lunes, a sus 46 años, Anil Murthy inicia su tercer año de mandato al frente de la entidad y lo hace bajo un prisma un tanto peculiar. Ese cinco con algo que le dieron como calificación los lectores de LAS PROVINCIAS y que debe servir como reflexión personal encierra, sin embargo, aspectos que parecen no afectarle lo más mínimo al dirigente, cuyo dicharachero carácter le permite alejar las críticas cuando éstas no le convencen del todo. En los despachos más altos de las oficinas del Valencia no sienta nada bien que, por ejemplo, se publiquen cuestiones que afectan a Peter Lim. Y Murthy, como siempre lo ha sido Kim Koh, es una de las conexiones que mantiene el máximo accionista.
Murthy, que encabeza la noble cruzada de sanear la turbia Curva Nord (cosa que ningún presidente se atrevió antes a hacer), arranca este tercer mandato instalado en una posición tan inmejorable deportivamente hablando como dudosa desde el punto de vista popular. Aquella frase del hijo de Tuzón de que en Valencia queman fallas todos los años es un aforismo que nunca hay que olvidar. Hasta Lim, un hombre que no se involucró lo más mínimo en la fiesta del Villamarín ya que no se le ha visto en una sola foto con el trofeo ni con los futbolistas, obtuvo en esa encuesta mejor puntuación que el presidente. Como recordatorio, Marcelino cerró el ejercicio con un 7,5 de valoración y, lo más llamativo, Mateo Alemany recogió el decidido fervor de la hinchada con un notable alto.
100% es la previsión de socios que se van a hacer esta temporada 2019-20 (más de 40.000). El Valencia va a colgar el cartel de no hay más pases y ese es un aspecto que juega a favor de Murthy. Pese a las protestas por las subidas de precio, el ritmo es inmejorable y ha concluido el periodo de las renovaciones domiciliadas (suelen ser los más fieles). El balance es bueno con más de 24.000. Hoy empieza el periodo para las renovaciones on line y en taquilla.
Turno de Grada Joven Arranca también hoy y hasta el día 10 el periodo de renovación en taquilla para aquellos que ya hayan recibido la confirmación y aceptación vía e-mail de que ha sido aceptada su solicitud para formar parte de la renovada Grada Joven, un asunto que lidera con firmeza el presidente.
38 jugadores en nómina. Es lo que puede llegar a manejar en estas fechas el club. Eso siempre repercute en unas cuentas cuyo pasivo no deja de crecer cada año. Javier Gómez, expresidente blanquinegro y director general de LaLiga, señaló al club de Mestalla en su balance anual: «En Primera sólo hay un club con deudas».
54 victorias ha conseguido el Valencia bajo el mandato de Anil Murthy en los 107 partidos disputados (28 acabaron en empate y 25 en derrota).
A Murthy le ha comido la tostada descaradamente Alemany y eso siempre levanta incógnitas de futuro cuando los egos entran en colisión. Que Marcelino reconozca una y otra vez sin rubor que si continuó al frente del Valencia es gracias al ejecutivo -no al presidente- alimenta un poco más la sensación que hay de que Murthy navega en aguas que no encuentran una decidida respuesta del aficionado. Por su parte, el director general es hoy por hoy el hombre que recibe el generoso aplauso de la afición. Se le elogia por todo, ya sea por quitarse de encima a Enzo Pérez por diez veces menos de lo que costó o por intercambiar porteros con el Barcelona por 35 millones.
El Murthy actual ha perdido gas respecto a aquel simpático consejero ejecutivo que aterrizó a finales de 2016. Muchas de sus acciones no se aciertan a comprender, como tampoco su peculiar manejo de las redes sociales. Que incorporara a una persona de su confianza para dirigir la nueva 'oficina del presidente' y luego lo situara al frente de la Academia provoca que la línea de Meriton produzca cierto rechazo. Ni se entiende ni se explica como toca.
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Eso sí, si Lim mantiene sus acciones en el Valencia, Murthy tiene por delante el reto de convertirse en el presidente que puede pasar a la historia por trasladar a la entidad del viejo al nuevo Mestalla (ocho antecesores en el cargo se quedaron con las ganas), a pesar de que él mismo se atrevió a comentar públicamente en una entrevista que «nueve de cada diez aficionados no quieren cambiar de campo». Layhoon dijo que quería ser ella la presidenta que inaugurara el nuevo estadio pero acabó siendo atropellada por los acontecimientos. Murthy ha mejorado la política de transparencia de su antecesora, pero sin embargo permite que los valencianistas de verdad no sepan por cuánto dinero se ha vendido el actual Mestalla, que es algo más que un simple edificio de cemento.
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