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El máximo accionista del Valencia, Peter Lim, aterrizó en la ciudad en 2014 en olor de multitudes. Sus patrocinadores, con Amadeo Salvo a la cabeza -se dio de bruces con el desencanto tiempo después- vendieron la promesa de un nuevo Mestalla, una lluvia de millones y la llegada de los mejores jugadores del mundo. La realidad ha sido distinta. Peter Lim vino con tres jugadores del Benfica: Rodrigo Moreno, Andre Gomes y Joao Cancelo. Los futbolistas pertenecían a la cartera de Meriton, un fondo donde el superagente Jorge Mendes tenía voz y voto. Rodrigo era el futbolista más conocido de los tres y por eso fue el que más dinero costó: 30 millones de euros. Gomes y Cancelo eran dos jóvenes valores portugueses, sin demasiada experiencia en la élite y con un futuro prometedor. Por cada uno se pagó 15 millones de euros, aunque luego hubo que abonar más dinero al Benfica por el traspaso de Gomes al Barcelona -el conjunto lisboeta se reservó el 25% de un futuro traspaso-.
Rodrigo Moreno, Cancelo y Andre Gomes son el paradigma del modelo de negocio de Gestifute, la empresa de Jorge Mendes, el gran amigo de Lim y cuya fidelidad está por encima de cualquier empleado, llámese Amadeo Salvo o Mateu Alemany. Ambos, con perfiles y recorridos distintos, han sido utilizados de la misma manera por la propiedad. Salvo y Alemany han revalorizado una marca para las decisiones posteriores del máximo accionista. En cinco años, con estos tres futbolistas, el dúo Mendes-Lim ha movido casi 290 millones de euros. En las bambalinas de esas operaciones está la figura de la comisión para el intermediario y entra la figura de Mendes y Gestifute. Al agente portugués le interesa que los jugadores fluyan porque eso significa que el dinero entra en su empresa de representación. Un jugador parado en un club es sinónimo de perder dinero.
El mayor ejemplo es Joao Cancelo. El lateral derecho aterrizó en Mestalla siendo un desconocido, tras un pago de 15 millones de euros por un chico que tan sólo había jugado 65 minutos con el primer equipo del Benfica en la Liga Nos portuguesa. El Valencia fue el escaparate necesario para revalorizar al futbolista. El primer paso fue una cesión al Inter de Milán con una opción de compra para sanear al finalizar la temporada 17-18 las maltrechas cuentas del Valencia.
El Inter no ejecutó la opción de compra pero Mendes garantizó la entrada de dinero para equilibrar el balance del equipo de Lim. La jugada fue maestra: el Juventus hizo el esfuerzo de quedarse con Cancelo por una cantidad superior a la opción de compra que tenía el Inter. Los de Turín pagaron 40,4 millones de euros y el favor fue agradecido con la llegada de Cristiano Ronaldo. Más dinero para Mendes, la multiplicación de la venta de camisetas y las acciones del Juventus en bolsa por las nubes. De paso, Mendes prometió a los italianos que el esfuerzo por Cancelo no sería en balde.
Una temporada después, el Manchester City de Guardiola ha pagado 65 millones por el lateral portugués, 25 más de lo que abonó el Juventus al Valencia. Cancelo, en sólo cinco temporadas ha movido 125 millones de euros. Y encima, si Alemany y Marcelino no se plantan, el Valencia casi podría haber pagado la mitad del fichaje de Cancelo por el City si llega a comprar a Otamendi. Al final, todo es un círculo en el que el representante siempre gana. Como mal menor, Mendes ha aliviado de un buen sueldo a los citizen, que se han desprendido del lastre de Mangala, que ha llegado a Mestalla.
La primera gran operación llegó con André Gomes. Apareció en Valencia con apenas siete partidos en el Benfica tras el pago de 15 millones. Primero cedido por Meriton y una vez Lim compró el Valencia, en propiedad. Poco duró Gomes en Mestalla. El Barcelona pagó 37 millones más variables y nunca se adaptó al Camp Nou. Tras salir la temporada pasada cedido al Everton previo pago de más de dos millones de euros, ahora los ingleses se lo han quedado en propiedad por 25 millones. Mendes ha logrado en cinco años que un futbolista de nivel medio genere una actividad económica total de 80 millones de euros.
El caso Rodrigo es igual que al de sus excompañeros. Con una cláususula de 120 millones saldrá rumbo al Atlético de Madrid por la mitad, que a la postre es el doble de lo que pagó el Valencia por él. Otro negocio redondo para la dupla Mendes-Lim. El movimiento de Rodrigo generará un efecto dominó en el que se verán involucrados otros jugadores de la cartera Gestifute como puede ser el caso del atlético Correa y del milanista Andre Silva.
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