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Amadeo Salvo y Aurelio Martínez.
La opacidad en las negociaciones vuelve caótica la venta del Valencia

La opacidad en las negociaciones vuelve caótica la venta del Valencia

Peter Lim no se decide y tres patronos se van por falta de información

Héctor Esteban

Viernes, 4 de julio 2014, 08:05

«¿Tú votarías a favor de la venta del Valencia sin papeles? Yo no». La pregunta-respuesta la planteó el miércoles por la tarde un patrono de la Fundación, horas antes de que tres de sus compañeros, Eva Turanzo, Juan Mercé e Isabel Farinós, presentaran su dimisión huérfanos de información sobre el proceso.

La opacidad, que nada tiene que ver con la cacareada confidencialidad que nunca ha existido en la negociación, ha sumido al Valencia en una situación caótica. Los patronos buscan la dimisión como gatera por la que escabullirse de la temida responsabilidad personal patrimonial y en la afición comienza a rebosar el hartazgo. Las preguntas necesitan respuestas. Las votaciones exigen documentos que las sustenten y que no llegan a los que se tienen que pronunciar.

La sensación que hay en la calle es que los 35.000 socios del Valencia y el Patronato intentan palpar entre tinieblas cuál es el futuro de un club en el que negocian Bankia y Meriton por una parte con Amadeo Salvo como el brazo ejecutor de Lim, que todavía no ha dado el visto bueno a la compra. La Generalitat, una vez dejadas atrás las elecciones europeas, mira desde debajo del dintel de la puerta una negociación en la que no termina de entrar... aunque se le espera.

Las 20 condiciones

  • Económicas

  • 1. Devolución de los préstamos de la Fundación y anulación del aval de la Generalitat.

  • 2. Ampliación de capital y reducción de la deuda del Valencia.

  • 3. Compromiso de acabar el estadio y cerrar los compromisos con el Ayuntamiento.

  • 4. El nuevo estadio y la Ciudad Deportiva deben seguir como activos.

  • 5. El Valencia debe contar con derecho de uso del viejo Mestalla.

  • 6. Los activos del club siempre deben permanecer en el club.

  • 7. Devolución de los préstamos de la Fundación y anulación del aval de la Generalitat.

  • 8. Garantizar el equilibrio patrimonial durante 5 años.

  • 9. No vender el club al menos en cinco años.

  • 10. Dar publicidad a un proceso de venta antes de iniciarlo.

  • Sociales

  • 11. Salvaguardar la función inicial de la Fundación.

  • 12. Presencia del pequeño accionista.

  • 14. Existencia de un proyecto de museo y centro de documentación asociado.

  • 15. Papel de las escuelas de la Fundación a nivel internacional así como potenciar el fútbol femenino.

  • 16. El ofertante deberá obligarse a que las marcas Valencia y Fundación deberán permanecer asociadas a la ciudad. Igual que la base operativa.

  • Deportivas

  • 17. Plan de recapitalización deportiva del equipo para las próximas dos temporadas.

  • 18. Refuerzo de la escuela.

  • 19. Plan de mejora de las infraestructuras deportivas.

  • 20. Plan de marketing que impulse el crecimiento de valor del club.

Negociación en barrena

El 17 de mayo la foto de familia de los 22 patronos escenificó un alumbramiento feliz en la persona de Peter Lim. Tres semanas después se santificó con el comunicado de Bankia en el que se anunció el acuerdo con Meriton (la empresa de Lim) a falta de los «hitos» (la firma de la venta). Ahora, la negociación ha entrado en barrena. La oferta de Peter Lim, la que hay encima de la mesa y que nada tiene que ver con la que se aprobó por unanimidad en el Valencia Palace, ha generado un sinfín de dudas en el valencianismo y en muchos de los patronos, que podrían seguir el camino de sus compañeros en los próximos días si la venta no se desatasca. Los que fueron nombrados de libre designación no tienen los peajes de los que están bajo el paraguas de un colectivo o institución.

En un escenario normal, una vez dado el sí de la Fundación y la aprobación de Bankia, la venta estaría ya rubricada y el equipo a toda máquina para encarar una pretemporada que ya tiene las maletas hechas. La realidad, y de la que nadie ha informado, es que las condiciones aprobadas el 17 de mayo no son las mismas que figuran ahora en el borrador del contrato. LAS PROVINCIAS ya anunció el pasado 13 de junio, con los auditores de Lim todavía buceando en las cuentas del Valencia, que la venta estaba en peligro porque los patronos veían que la oferta no era la aprobada. Una sospecha que han podido confirmar incluso sin papeles.

Una de las claves está en la negociación con Bankia, que inició Lay Hoon el día de antes de la votación del Palace. Durante las tres semanas que duró el pulso el banco logró que la que era la peor oferta para sus intereses fuera la mejor en estos momentos. Una variación considerable que ha puesto patas arriba el proceso. Bankia está cómoda en su papel. Sabe que cuenta con el beneplácito de Lim y sigue negociando con sus hombres. El banco considera que la pelota está en el otro lado, en las garantías que tienen que dar Fundación y el club. El banco, además, acepta el envío de documentos a Hoon porque defiende que el atasco no está en el Paseo de la Castellana. Es más Bankia no tiene más prisa que la necesaria porque sabe que una espantada del de Singapur puede ser subsanada con otros aspirantes a la compra.

Preguntas sin respuesta

Los patronos, igual que el 17 de mayo, no tienen papeles en la mano para poder examinar punto por punto la propuesta de Meriton. Por eso no quieren ni oir hablar de garantías personales. No quieren firmar una transacción de la que no disponen de ni un solo papel. Los únicos documentos que tienen a su nombre son los requerimientos de José Granell y de Zolotaya Zvezda.

El aficionado, el accionista que tiene el 30% de las acciones del club y que cada año destina parte de su sueldo a renovar el pase de temporada, exige transparencia. El socio quiere saber los motivos que justifican el despido de Pizzi a cuatro días de la pretemporada y sin que haya nuevo dueño. Exige conocer qué lleva a apostar por Nuno, el entrenador amigo de Tiburón Mendes, la ano derecha de Lim que no para de generar dudas en la cabeza del magnate de Singapur sobre si la compra del Valencia es una buena operación.

El aficionado reclama saber qué va a pasar con Mestalla, qué compromiso de permanencia garantiza el nuevo dueño para que no abandone el Valencia si se aburre del juguetito, y si se va, cuánto dejará en el debe de la caja valencianista.

El presidente de la Fundación, Aurelio Martínez, en la asamblea del 23 de mayo, argumentó la venta a Peter Lim con una afirmación contundente: «Cumple 19 de los 20 requisitos que el Valencia y la Fundación firmaron para vender». A continuación Martínez detalló sin dar nombres los requisitos que cumplían el resto de las ofertas sobre el documento rubricado por Martínez y Salvo a finales de marzo. Todas las ofertas estaban por debajo de la de Lim.

Hoy en día, con el cambio de condiciones, nadie, ni Aurelio Martínez ni Amadeo Salvo, han explicado cuántas condiciones cumple Meriton, la empresa de Lim, en relación a ese documento que se vendió como sagrado para vender un sentimento como es el Valencia Club de Fútbol. Tampoco se sabe si alguien le ha pedido que lo detalle.

El Consell, desde la valla

La partida es a tres. Entre Bankia, Meriton y Lim. Una negociación con mucha niebla en la que la transparencia se mide con cuentagotas. Amadeo Salvo, el máximo valedor de Peter Lim, tendrá hoy una gran oportunidad en la Ciudad Deportiva de Paterna de explicar al detalle el proceso de venta. Salvo, durante la presentación de Nuno como nuevo entrenador, se ha comprometido a dar novedades. Noticias que tienen que ir acompañadas por la necesaria luz que reclama al afición.

Mientras, al Generalitat, el hombre bueno que apuntó el vicepresidente, José Císcar, en la fracasada comisión gestora se ha quedado debajo del dintel de la puerta sin entrar de lleno a resolver la situación. Una postura que tendrá que variar si la firma no se ata y se llega a finales de agosto con el crédito de la Fundación a punto de vencer.

La realidad, como el propio club reconoció, es que a 30 de junio el club necesitaba una inyección de tesorería de 35 millones de euros para poder atender pagos inmediatos. Los socios, la afición del Valencia ni siquiera sabe cuál es la situación real de las cuentas. Los pagaré se anuncian como la solución para atender entre otras cosas la ficha de los jugadores. De momento, mientras no haya transparencia, el Valencia sobrevive en el caos de una venta que por ahora no cristaliza.

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