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H. E.
Jueves, 3 de julio 2014, 22:43
El lunes, a partir de las seis y media de la tarde, los patronos de la Fundación del Valencia están convocados a una nueva reunión para aclarar detalles sobre el proceso de venta. En el orden del día no figura la votación para autorizar la compra al multimillonario Peter Lim. Entre otras cosas porque el informe de PwC, el documento que los patronos esperan como agua de mayo, todavía no ha llegado. La sensación en el órgano que controla el 70% de las acciones es que esta situación de estancamiento desquiciante no se puede alargar más.
En la reunión del lunes ya no serán 22 patronos los que se reúnan para atender las explicaciones de Aurelio Martínez. Ayer por la mañana presentaron su dimisión Juan Mercé, Eva Turanzo e Isabel Farinós hastiados de un proceso de venta en el que no ha tenido ni un solo papel encima de la mesa que les permita armar su posición con argumentos contundentes. LAS PROVINCIAS se puso en contacto ayer con alguno de los dimisionarios: «La decisión la he tomado porque no puedo ayudar al Valencia. No puedo hablar porque firmé una confidencialidad pero no puedo ayudar al club. No sabemos nada del proceso ni tenemos un papel que nos argumente el cambio de la oferta que votamos».
Esta es la realidad que ha sumido en un mar de dudas a los que tienen que votar la venta del club, especialmente en aquellos que fueron nombrados de libre designación y que no se sienten atados a la representación de ningún organismo, como es el caso de los institucionales.
El clima que se respira en la Fundación del Valencia es de hastío. Si muchos pudieran darían portazo a una situación que les genera mal cuerpo, como ellos mismos reconocen, y que afecta incluso a su labor profesional: «Hay muchos que no nos vamos por lealtad y responsabilidad».
El primero que dijo que se iría, incluso enseñó la carta en la asamblea de Mestalla del 23 de mayo, fue el propio presidente de la Fundación, Aurelio Martínez. Otros, y no es un secreto, que han deslizado la posibilidad de dimitir son Francisco Blasco, con el que ha habido ensañamiento en las redes sociales, y el propio Isidro Martínez, que llevó en la gestora el peso de la negociación del Valencia y que también ha quedado desgastado por el esfuerzo realizado.
No serán sustituidos
La salida de los tres patronos no implicará que se sustituyan para alcanzar los 22 que votaron la propuesta de Lim. Con los 19 actuales hay quórum suficiente y ahora son necesarios 13 votos, dos tercios del total, para ratificar la venta. Ayer, en el comunicado remitido por la Fundación a los medios de comunicación para agradecer a los dimisionarios los servicios prestados, el propio órgano dejó claro en el último párrafo que la negociación seguía su camino a la espera de que las partes cumplieran con lo establecido.
Si al final se produce la venta a Lim habrá que elegir a las personas responsables de la firma. Una rúbrica que se pretende que sea mancomunada porque nadie quiere adquirir en solitario esa responsabilidad.
Después será el Protectorado de Fundaciones de la Generalitat el que tenga que dar la aprobación definitiva a la venta. Los patronos entienden que si el Protectorado, que preside el conseller de Gobernación, Luis Santamaría, da el visto bueno, todo se habrá desarrollado conforme a la legalidad y no habrá ningún tipo de responsabilidad.
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