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Gayà y Negredo celebran uno de los tres goles conseguidos por el Valencia en la primera mitad; ambos lograron perforar la portería del modesto Wiener austríaco.
Fútbol | valencia cf

El Valencia se marca un vals en Viena

Santi Mina se estrena con gol en su nuevo equipo en un encuentro encarrilado en la primera parte por Rodrigo, Negredo y Gayà

Héctor Esteban

Miércoles, 8 de julio 2015, 21:50

El Valencia resolvió por la vía rápida ante el Wiener. El primer partido de la pretemporada está para eso. Para iniciar el camino con buenas sensaciones. Nuno sometió el martes a la plantilla a una paliza de entrenamiento. Con mucho balón y toque. Con la intensidad como fórmula de éxito. Agotador. En el momento en el que notó alguna cabezada, sacó el látigo para despertar a los suyos. Ayer, en Viena, los jugadores demostraron que las vacaciones ya han pasado. Con músculo pese a los contrastes meteorológico. En sólo un día, Austria ha pasado de asfixiarse de calor a recibir agua a mares. Pero el equipo está para rodar en todas las condiciones. Ha llegado fino a un inicio de pretemporada en la que la previa de la Champions es reto obligado de superar. No habrá excusas.

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La grada del estadio vienés ha vivido épocas mejores. El equipo tiene títulos nacionales y alguna participación europea, pero ahora transita por la tercera división austriaca en busca de un futuro mejor. La tribuna, enfilada con bancos de madera, de esos que invitan a buscar en la hemeroteca del fútbol, destila melancolía de tiempos pasados Tablones con historia. De fútbol añejo.

Nuno inició el partido con el once más titular posible que tiene en Austria. La ausencia de Mustafi y Otamendi obligó a improvisar una línea de tres centrales con Enzo Pérez como jefe de la zaga y Vezo y Orban cubriendo los flancos. En el centro, el trivote titular de la pasada Liga con De Paul haciendo de André Gomes. Por las bandas, Gayà y Barragán con mucho recorrido mientras que Negredo y Rodrigo compartieron ataque.

Los austriacos salieron a agradar a la parroquia local y a repartir alguna patada que otra. El primero en quejarse al árbitro fue Gayà, que sufrió una fea entrada abajo. El campo tampoco ayudó mucho. El césped estaba muy alto y pese a la lluvia caída, el esférico iba al ralentí. Un tapiz peligroso para posibles lesiones.

El Valencia resolvió rápido. La defensa local estaba de rebajas. A los siete minutos, Rodrigo aprovechó un balón suelto para marcar desde la derecha. El portero austriaco pagó su tancredismo. El jugador del Valencia, que el día anterior se impuso como reto mejorar los números del año pasado, empieza a ver portería. Los austriacos, tras el gol se estiraron. Su hombre más peligroso fue Mario Seckel, que obligó a intervenir a Yoel, otro de los que se juegan su futuro más inmediato en este mes que hay por delante.

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La defensa austriaca agasajó continuamente a sus invitados y entre el arquero y el central dejaron un balón muerto a Negredo, que amplió la renta. Los austriacos siguieron a lo suyo. Les daba igual llevarse un saco a casa. El objetivo era agradar a unos aficionados que llenaron en tres de sus cuartas partes un estadio con un aforo para 7.000 personas. La fiesta estaba por encima de cualquier cosa.

Gayà se sumó a la celebración. Inició una jugada en el centro de campo, con poderío, con los vatios que atesora un veinteañero llamado a marcar una época en el Valencia. Jugó el balón, se asoció y finalizó en la que fue la acción más bonita de la primera parte. Ese tipo de sociedades son las que buscaba Nuno el primer día de la pretemporada austriaca. Gayà no entiende de medias tintas. Siempre con un compromiso mayúsculo. Con la generosidad de vivir su sueño. Por cierto, en su retaguardia Lucas Orban cumplió a la perfección. Al argentino la honestidad le rebosa por el borde de la profesionalidad.

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El 0-3 fue suficiente para Nuno al descanso. La grada del Wiener disfrutó de una actuación de rock duro de un grupo local bajo la lluvia. Un play back en toda regla porque el campo no estaba para enchufar cables por riesgo de caer electrocutados. No paró de llover en todo el partido.

Tras el descanso, Nuno puso un once de cara B. De juventud y futuro. Con chicos como Fran Villalba, de tan sólo 17 años, que si su horizonte sigue recto tendrá sitio en este equipo. La apuesta por los jóvenes salió bien a las primeras de cambio. Al poco de iniciarse la segunda parte, un balón al interior del área le sirvió a Santi Mina para marcar el cuarto de su equipo y su primer tanto como valencianista. El chico aseguró en una entrevista en LAS PROVINCIAS que pisar el área le venía como un guante. Ayer, la primera que tuvo fue dentro. Listo en el movimiento y certero en la definición.

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Los jóvenes demostraron que quieren contar. Que están a disposición del entrenador en el caso de que Nuno quiera echar mano de ellos. No han venido a Austria de relleno, sino a sumar en el equipo. Cartabia y Robert Ibáñez, dos que se juegan la selectividad en esta pretemporada, estuvieron en el once de noveles. El argentino quiere agradar a toda costa, lo que le lleva a tomar decisiones poco inteligentes como la de tirar a puerta una falta desde treinta metros sin escasas posibilidades de gol. Ese, en ningún caso es el camino. El rosario de cambios en la segunda mitad paró el ritmo del partido. Además, los locales bajaron el nivel después de echar el resto durante el primer acto. Buena primera toma de contacto para abrir boca en esta pretemporada. El equipo muy enchufado, sin complicaciones en el juego y recogiendo el guante que les echó Nuno el día anterior con su reprimenda.

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