![El Valencia acuerda la venta de Otamendi al City por 40 millones](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/pre2017/multimedia/noticias/201508/17/media/87593142.jpg)
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Juan Carlos Villena
Domingo, 16 de agosto 2015, 22:10
El Valencia y el Manchester City acordaron ayer el traspaso de Otamendi por 40 millones más la cesión de Mangala. Esos son los términos de una venta que los dos clubes esperan sellar hoy, tal y como confirmaron anoche fuentes de la operación a LAS PROVINCIAS. Las dos entidades prefirieron optar por la prudencia hasta que no estén firmados todos los documentos y el jugador pase el pertinente reconocimiento médico, mientras que el entorno del futbolista sí que dio validez al acuerdo a última hora de la tarde. Los comunicados oficiales ya están redactados pero ambas entidades pactaron ayer, en el intercambio constante de llamadas, esperar hasta que todo esté sellado para dar oficialidad al entente. Con la operación se termina un culebrón que comenzaba a amenazar la paz que ha reinado en el vestuario valencianista la última temporada. Otamendi le comunicó al Valencia en marzo su deseo de marcharse, y al final ha conseguido su objetivo. Algo que siempre suele suceder en el mundo del fútbol, con más o menos ruido.
La operación hay que definirla como un traspaso, puesto que el Manchester City no pagará el precio de salida marcado en el contrato del argentino, que ascendía a 50 millones de euros. Algo que sí que se consiguió en las ventas más importantes de los últimos veranos, como fueron las de Soldado en 2013 (30 millones al Tottenham) o Mathieu en 2014 (20 millones al Barcelona). La interpretación de las palabras de Layhoon Chan en la rueda de prensa de despedida de Amadeo Salvo el 1 de julio tensionaron el ambiente en los últimos días con respecto a la posición que debía exigir el Valencia. «Nuestra cláusula de rescisión es de 50 millones de euros. Eso es». Una frase traducida por un escueto «son 50 millones» con la que concluyó aquella comparecencia y que ha sido interpretada como el precio no negociable.
Peter Lim se ha mantenido ajeno a todo el debate semántico. La decisión sobre la venta de Otamendi, desde el primer minuto, estaba en manos del máximo accionista. El nuevo organigrama del Valencia tiene su particular metodología de trabajo, alejada de la presión mediática habitual en las negociaciones del mundo del fútbol. No existe en la heremoteca ninguna frase de los actuales responsables de la entidad valencianistas en la que se negaran a estudiar ninguna oferta por Otamendi por debajo de los 50 millones. Tampoco ninguna seguridad de que se fuera a aceptar. Peter Lim se ha limitado a estudiar, en Singapur, la oferta que le llegó el jueves para fichar al central. Un movimiento que, además, había estado supervisado por su socio Jorge Mendes. La decisión de venta se ha tomado, exclusivamente, por motivos de mercado. No ha sido un acuerdo pasional, sino racional.
El actual máximo accionista del Valencia entiende como muy buena una operación que le va a dejar al club una plusvalía de 25 millones de euros, ya el precio de compra del futbolista al Oporto se elevó a los 15. La plantilla no sufre una merma para la presente temporada, puesto que la llegada de Mangala asegura un recambio de garantías. La eliminación de la amortización, restaban 12 millones a repartir en las últimas cuatro temporadas, aligera de paso el cinturón del Fair Play financiero. Una operación redonda.
Cuando los notarios certifiquen el acuerdo elevarán el precio del traspaso a lugares históricos para la entidad de Mestalla. Teniendo en cuenta que el club acabó cobrando la última parte de los 48 millones pactados con la Lazio con Fiore y Corradi, y que a los 40 millones que pagará el City por Otamendi hay que sumar el valor de la parte del salario de Mangala que pagará el conjunto inglés, unos dos millones de euros, la cifra de la operación supera los 40 millones pagados por el Barcelona para fichar a Villa en 2010. Lo convertiría por tanto en la operación de venta más cara de la historia del club en términos contables. Con matices. En los próximos meses se va a producir un cruce de transferencias entre City y Valencia que hará que las sumas y restas se interpreten de muchas maneras. La entidad de Lim aún tiene que acometer el pago aplazado de los 30 millones de Negredo, y ayer se negociaron los plazos del pago de los 40 de Otamendi. Una 'cuenta con paga' más 10 millones extra para la entidad de Mestalla para resumir de forma gráfica.
Explicados los datos objetivos es cierto que el Valencia debe asumir que la aplicación de esta nueva metodología de trabajo va a traer sus discrepancias. En la hoja de ruta de Jorge Mendes no se estila apretar a una de las partes hasta provocar una máxima tensión. Puesto que una de las artes de negociar con dos clubes y dos jugadores reside en que nadie salga muerto. El movimiento del City, donde Mendes tiene una buena relación con Txiki Beguiristain, tenía como premisa desde el primer minuto que el equipo inglés incluyera la cesión de Mangala. El agente portugués no iba a dejar a su socio Lim con el equipo descompensado a dos semanas del cierre de mercado. Aunque la falta de planificación sí que puede afectar a la previa de Champions. Mendes también ha ofrecido incluir en la operación la cesión de Marcos Lopes, centrocampista ofensivo de 19 años que el pasado curso jugó a préstamo en el Lille. Una opción que se está estudiando.
Otamendi volará hoy a Manchester en un avión privado fletado por el que va a ser su nuevo club para firmar por cinco temporadas. El jugador, al que ayer aún no había llamado Pellegrini tras conocerse de forma interna el acuerdo, no se entrenó por la mañana con el grupo. La luz que activó todas las alarmas, aunque no fue más que una continuación de lo vivido el jueves. La prudencia aconsejó no arriesgar, aunque la nula actitud del futbolista ayudó. Unas horas después Mangala no tuvo problemas en arriesgar contra el Chelsea. Al final, cada uno queda en el lugar que le corresponde. El argentino se despidió de sus compañeros y abandonó la Ciudad Deportiva junto a sus amigos De Paul y Enzo Pérez. El central no dudó en atender a las últimas peticiones de los aficionados, sin abandonar el gesto serio. Con las cámaras grabando, un padre, al firmar Nico una elástica de su hijo con el nombre de Otamendi, le espetó «¿Ahora que hacemos con la camiseta?». Silencio. Sus últimas palabras ya sonaron a despedida: «Un abrazo grande, chao».
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