Óscar Fernández toma las riendas del Mestalla

Óscar Fernández (1974) vuelve a casa y firma hasta 2023. Pese a tener ofertas para entrenar en Segunda, el técnico se ha decantado por el filial de su Valencia aunque sea en la categoría de bronce. No ha trascendido el proyecto para el Mestalla que tanto le ha seducido. Lo que sí que sabrá el entrenador es que su centro de trabajo poco tendrá que ver con aquél que dejó allá por 2010. Él tampoco es el mismo.

Curiosamente, ayer se cumplía un año de que se anunciase su destitución del Almería. La llegada del jeque Turki Al-Sheikh provocó la salida de Óscar Fernández, que estaba a punto de empezar la temporada con el conjunto indalo. Es consciente el preparador de cómo se las gastan este tipo de propietarios. Por el banquillo andaluz, por cierto, han desfilado hasta cinco entrenadores esta temporada.

En su despedida, ningún rencor hacia una plantilla que le organizó una cena sorpresa y un agradecimiento público al hombre que le llamó, Miguel Ángel Corona. Ahora, éste trabaja en el Valencia y Anil Murthy y por lo tanto Peter Lim le tienen muy en cuenta. De momento, suyas han sido las propuestas de Javi Gracia para el primer equipo y de Óscar Fernández para el filial y ambas han sido aceptadas.

Los kilómetros recorridos por los exóticos Qatar o Doha además de Grecia le aportan experiencia pero si hay algo que le avala al preparador valenciano es su labor en la cantera del Atlético. Tomó el Juvenil B y logró un doblete. Nada más terminar la temporada, en 2016, el club colchonero le premió con el filial. Esa misma campaña logró el ascenso. Tras cuatro años, rescindió su contrato para fichar por el Almería.

El Mestalla empezó a trabajar el 20 de julio y Óscar Fernández no tiene tiempo que perder. Si el objetivo del filial debe ser nutrir al primer equipo, mucho deben cambiar las cosas respecto a los últimos años en el que el equipo se ha salvado por los pelos y, esta temporada, por la suspensión de la competición. El año 2006, Óscar Fernández tocó el cielo con el Juvenil. Fueron los mejores del grupo 7 y posteriormente ganaron la Copa. La final, por cierto, la disputó Jaume Costa y en el equipo rival, el Real Madrid, un niño llamado Dani Parejo. Dio el salto al filial y una madrugada de octubre de 2007, el Valencia decidió echar a Quique Sánchez Flores. Óscar estuvo 6 días, con una derrota y una victoria, en el banquillo del primer equipo hasta la llegada de Koeman. Se fue del Valencia en 2010 para volver una década después.