El Valencia empieza a agotar las balas. Más allá de lo extradeportivo, la victoria contra el Real Madrid parecía allanar definitivamente el camino hacia la permanencia. Nada más lejos de la realidad, pues tres días después, en medio de la tempestad por el 'caso Vinicius', el equipo de Baraja perdió en Mallorca. Un triunfo habría dado la permanencia matemática y un empate, casi. Y en esas han llegado los blanquinegros a este domingo: con los deberes por hacer, esto es, la necesidad de sumar dos puntos para que pase lo que pase no se vean el próximo fin de semana entre los últimos tres clasificados de la Liga.
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La mejor noticia para el Valencia es que va a depender de sí mismo hsata el final. La peor, que es el típico equipo que no está históricamente acostumbrado a nadar en el barro. Y los 180 minutos que restan de temporada para los implicados en el descenso son fango puro. Sin ir más lejos, los 90 de Mestalla de este domingo, contra un Espanyol que dispara su última bala en busca de una permanencia que, en el caso de los de Luis García, sería milagrosa.
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Una derrota les condenaría. Y justo eso es lo que necesita el Valencia para no depender esta tarde de lo que suceda en otros estadios. Si los de Baraja ganan, son equipo de Primera para la próxima temporada. Suceda lo que suceda en el resto de la jornada. Así de sencillo, y más jugando en Mestalla, donde ha sumado 28 de los 40 puntos que ha conseguido en lo que va de Liga.
En el caso de empatar contra el Espanyol, el Valencia también podría sellar la permanencia de forma matemática este mismo domingo. Pero entonces sí que dependería ya de lo que ocurriera en dos de los campos en los que se disputa la jornada 37. Necesita que no ganen ni Getafe ni Valladolid, ambos con 38 puntos y que se enfrentan en la última cita de la presente Liga en Zorrilla. Los madrileños reciben a Osasuna, que aún está disputando puesto europeo, en concreto el de la Conference League. Y los pucelanos viajan a Almería, en otro de los enfrentamientos directos por la salvación, ya que los andaluces como el Valencia pueden certificar la salvación con una victoria.
Una derrota no salvaría esta tarde en ningún caso a los de Baraja. No obstante, a pesar de que sería un resultado que podría complicar y mucho la vida a los blanquinegros, seguirían dependiendo de sí mismo en la última joranda: matemáticamente les faltan dos puntos. Así, una victoria en el Villamarín les salvaría. Con diferentes combienaciones, tras una hipotética derrota este domingo, un empate e incluso perdiente también ante el Betis, los valencianistas podrían salvarse.
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