Paula Nicart: «El Estado debería considerarnos profesionales»

- ¿Qué siente?

- Una mezcla de emociones. Están siendo años duros. Al no renovar en un club al que tú tanto quieres, viniendo de no jugar por las lesiones, es doloroso, pero tengo ganas de demostrar que estoy otra vez lista para jugar.

- ¿De qué lesiones hablamos?

- La primera vez fue en 2016: el menisco de la rodilla izquierda. Estuve jugando año y medio hasta que la rodilla no daba más de sí. Volví a jugar bien, en la 2018-19, pero en noviembre me vuelvo a romper el mismo menisco. El doctor Cugat me dijo que estaba destrozado: me hizo un trasplante de menisco y me reparó el cartílago con una malla. Trabajé mucho durante 8 meses y volví, pero a los tres días de debutar se me cayó una compañera encima (Zenatha Coleman), en noviembre de 2019, y me rompió el cruzado de la otra rodilla. La derecha. Estuve jugando un par de meses con el cruzado roto hasta que, en un entrenamiento, me llevé por delante los meniscos. Ahora ya estoy la recta final de la recuperación. En dos semanas me darán el alta. Estoy esperando que alguien se atreva a confiar en mí.

- El Valencia ha renunciado a usted y a las otras tres capitanas (Mari Paz Vilas, Gaitán y Gio Carreras). ¿Se sienten señaladas?

- Quieren renovar todo. Respetable y lícito. Apostaron por unas bases en los últimos años, yo era una de esas jugadoras, y, visto que no está funcionando, han decidido empezar de cero. Me hubiera gustado no irme así: por lo menos haber disfrutado un año más en el Valencia.

- Hay una regla no escrita por la que los clubes renuevan a los jugadores lesionados de gravedad en acto de servicio. El Valencia ha prescindido de usted y de Garay, lesionados.

- Es un regla que sigue en pie, pero han primado otras cosas. Me siento dolida porque siempre me he entregado al club, ellos siempre me han ayudado, y no sentir ese amparo por parte del club donde lo has dado todo, es jodido. Ha sido un poco frío: después de seis años, al menos poder despedirte de la afición y de las compañeras (lo hemos hecho por videollamada)... Pero toca adaptarse.

- ¿Con qué se queda?

- La temporada que quedamos terceras. A pesar de arrastrar molestias porque jugué con el menisco roto, es en la que mejor me he sentido como deportista y como integrante de un grupo, con la culminación de ir a la Eurocopa de Holanda.

- ¿Qué tenía de especial ese entrenador, Cristian Toro?

- Transmite su pasión. Es innato. Te mueve por dentro.

- ¿Y Tere Saurí?

- Era la segunda y la preparadora física, un poco de todo, nos cuidaba a nosotras en ese ambiente que había cuando llegué, de un club mucho más familiar, que al final se va perdiendo con la profesionalización.

- Tras esa campaña, se marcha Layhoon Chan de la presidencia del Valencia CF y el Femenino inicia una decadencia hasta quedar en esta Liga en puestos de descenso (evitado por la crisis del coronavirus).

- Layhoon apostaba mucho. Cuando aun jugábamos en césped artificial, ella venía a vernos. No se sumó al carro cuando había más recursos y más 'postureo', sino al principio. Su marcha nos perjudicó en todo, dentro del club era de las pocas que nos daba esa importancia. Ella de fútbol sabía poquito, pero nos dio la importancia por ser mujeres y por ser una minoría.

- ¿Qué central es?

- Soy más una de choque, de ir al corte, de ir por arriba, me gusta mucho defender. Mi principal virtud es la potencia física.

- ¿La delantera más incómoda?

- Lucía García (Athletic Club), que es una bala y muy impredecible: '¿por dónde me va a salir esta niña ahora?'. Jenny es Jenny (Hermoso). Y Sonia Bermúdez, que se retira este año, siempre me ha llevado de cabeza. Son duelos que siempre gustan.

- ¿Con qué compañera se ha sentido más a gusto?

- Con Ivana Andrés. Siempre. Somos completamente diferentes. Ella me ha hecho mejor todas las veces que hemos jugado. Sé que para el valencianismo fue difícil de asumir su marcha. Se fue porque vio que iba a crecer más fuera del Valencia.

- ¿El mejor gol?

- He marcado 11 en 112 partidos. No está mal. Han sido bastante parecidos: en córner y de cabeza. En una temporada metí dos dobletes: en mi segunda aquí, la 2015-16.

- ¿Por qué le fue tan mal a Irene Ferreras?

- Desde el inicio fui pro-Irene y lo sigue siendo. Ella empezó desde una base, se le desmoronó, quiso empezar otra vez, pero fue una de esas temporadas que sale mal por todas partes y nunca hubo un haz de luz que nos facilitase las cosas.

- ¿Por qué hay tan pocas entrenadoras?

- Va con la sociedad, no es algo específico del fútbol femenino. Aun tendemos a asociar la figura de dirección de mando a un hombre. Hay muchas mujeres preparadas, pero cuesta darles oportunidades.

- ¿Algún ídolo?

- Cuando llegué al Valencia me gustaba mucho Otamendi. También Puyol, Sergio Ramos e Irene Paredes. No son tan vistosos, pero muy necesarios porque se sacrifican por el equipo.

- ¿Sus orígenes?

- Empecé con seis añitos porque mi hermano jugaba. Mis padres me apoyaron desde el inicio, han sido muy futboleros. Mi madre es ama de casa, limpia casas, y mi padre es ingeniero industrial, jefe de producción de una fábrica. Mi madre es de Écija y aficionada del Betis. Mi padre, de Algeciras y del Madrid. Toda mi familia es del sur, pero mi generación ya nació en Catalunya.

- ¿Cómo ficha por el Valencia?

- En mi primer año en Primera, ya me llamó el Valencia. 2013. Estaba en el Levante Las Planas, de Sant Joan d'Espí. Me fui al Sant Gabriel porque quería acabar un curso en Barcelona y, al siguiente año, ya me vine para aquí porque tenía claro que quería acabar en el Valencia. El valencianismo un sentimiento que aflora. Yo he sido merengue, pero ya soy una valencianista más. Estuve en la final de Sevilla y fue espectacular.

- ¿Qué le parece el fichaje de Natalia Arroyo por la Real Sociedad?

- Ha sido entrenadora mía en la selección catalana. Me alegré mucho. Se empiezan a igualar las oportunidades en ambos sexos.

- ¿Se considera profesional?

- Me considero profesional y mi entorno también, a pesar de que la ley no nos ampara.

- La Federación las ha clasificado como «profesionalizadas».

- Eso no sirve de nada. No ha sido una decisión acertada porque ha creado confusión. La ley sigue sin ampararnos. Es un cambio en manos del CSD. No sé qué esfuerzo supone para el Estado considerarnos profesionales a las mujeres. Debemos hacer fuerza para que eso suceda. Llevamos mucho tiempo para ser profesionales, los clubes están invirtiendo y la afición está empujando. El Estado lo mínimo que puede hacer es correspondernos.

- ¿En qué beneficiaría una Liga profesional femenina?

- En recursos, visibilidad, y autonomía de la patronal. Una manera de avanzar. La Liga femenina tendrá que sostenerse por sí sola. No sé cuándo.

- ¿Y que pueda haber dos grupos en la próxima temporada de Primera?

- Un retroceso, desvirtuar la competición. Espero que no se haga. Lo que debería hacerse es incrementar los equipos para subir el nivel (hasta ahora ha habido 16, este año subirá a 18 porque no ha habido descensos y el año que viene habrá cuatro descensos y volverá a 16).

- ¿Le duele que la Liga alemana y la estadounidense se vayan a reanudar y la española no?

- Deberían al menos haberlo planteado. Desde el primer momento fue un 'no'. Vamos a estar desde marzo hasta septiembre sin competir, eso es una barbaridad para una categoría de élite.

- ¿Faltan líderes en el fútbol femenino?

- Sí, nos hacen falta para apretarle las tuercas a la gente que manda. Figuras como Hegerberg en Noruega, Rapinoe o Alex Morgan en EE UU, no solo a nivel de deporte, sino como mujeres abanderadas de un ámbito profesional. Debemos dar un paso adelante.

- ¿El convenio colectivo?

- Los beneficios son pequeños, pero es un paso para sentirnos más amparadas.

- ¿Le llamó Jorge Vilda para la selección?

- Bueno, debuté con Ignacio Quereda, un hombre convencional que nos trataba como niñas, cuando tú ya te sentías una profesional del deporte. A mí, con 19 años, me imponía bastante. Jorge ya es otra cosa: ya lo tuve de entrenador con 15 años. La federación está dando pasos en ese sentido.

- ¿La irrupción del Madrid en el fútbol femenino?

- Vamos a ganar con ella. Un club tan aclamado, con tantos seguidores, va a dar que hablar: un derbi madrileño, un clásico contra el Barça...

- ¿Cuál es el sueldo medio de una futbolista de Primera?

- Unos 1.200 euros. Varía mucho entre un equipo y otro, y dentro del mismo equipo. El Barça, el Atlético, el Levante (porque Quico Catalán ha decidido invertir), el Real Madrid que va a entrar como Real Madrid, no va a ir con medias tintas... No es lo mismo que te vayas a Huelva o al Levante. Hay equipos que están pagando bien y a otros a los que les está costando.

- ¿Por qué estudia Medicina (está en Tercero)?

- Vine aquí con la intención de estudiar Ciencias Biomédicas, pero estuve haciendo unas prácticas y, trabajar con los médicos, me gustó mucho: decidí que yo quería ese tipo de responsabilidad. Me gusta la Cirugía

- ¿Qué rincón de Valencia echará de menos?

- La playa de la Patacona ha sido especial. Adoro ir a desayunar a 'La Más Bonita'. Me encanta la playa y ese paseo.

- ¿Y los tatuajes? ¿ese del brazo derecho es un cerebro?

- Es un cerebro y un corazón, todo junto. Es la lucha interna entre lo que sientes y lo que debes, entre el sentimiento y la razón. Y llevo las iniciales de mis dos abuelas, una generación de la que podríamos aprender muchísimo. Mi abuela Carmen falleció justo antes de la pandemia. Estoy muy orgullosa de ellas. La generación que tanto ha sufrido y tanto nos ha dado es la más castigada ahora. Los castigados han sido los más débiles.