Paulista, un capitán que se angustia con la situación del Valencia

De la sangre a las lágrimas. Gabriel Paulista abarca un amplio espectro de posibilidades que van incluso más allá de lo puramente futbolístico. El brasileño se ha situado un poco más alto en el escalafón de las preferencias de los aficionados blanquinegros cuando tras el encuentro contra el Getafe y mientras respondía sobre la situación del equipo ante el micrófono, tuvo cierto momento de angustia y no pudo reprimir las lágrimas por la emoción. Sentimientos a flor de piel del central, que en aquel famoso encuentro contra el Getafe, el de la remontada de Copa, acabó jugando con una brecha abierta en la ceja derecha. En aquella ocasión y pese a que el partido tuvo máxima tensión, el percance le llegó tras un cabezazo con su compañero Garay pero es un aspecto más que está incluido en la memoria de los valencianistas.

Además, cuando el Valencia de Marcelino conquistó la Copa del Rey, el futbolista que más se embriagó del éxito fue Paulista. Se le vio siempre exultante y esa espontaneidad en su estado de ánimo le llevó incluso a, micrófono en mano y sobre el césped de Mestalla, corear lo de '¡tocó en Hugo Duro!'.

Este año es más especial que otros para Gabriel Paulista. A sus 30 años y recién renovado contrato con el Valencia, luce su nueva condición de doble nacionalidad. Ese factor lo tuvo en cuenta el club a la hora de manejar las negociaciones. Además, Paulista ha manifestado en repetidas ocasiones su interés en ser tenido en cuenta por Luis Enrique para la selección nacional. Con Marcelino creció como central haciendo pareja con Garay; y con Diakhaby a su lado, el hispano-brasileño ha tenido que asumir el rol de líder de la zaga. En Getafe no estuvo del todo acertado.

Pero Paulista arrastra una historia personal de superación que es la que seguramente la hace tener una sensibilidad especial como se vio el sábado. Es el pequeño de una familia con cinco hijos que creció con las dificultades propias de alguien que vive en una casa de madera en la favela. Sus hermanos llegaron a pasar hambre y uno de ellos, que quiso ser futbolista, se metió en problemas. Él, ahora, teme por la situación que afronta el Valencia.