Los pilares de vida de Mosquera, la nueva torre de Mestalla

«God is good all the time». La frase, título de una de las canciones más reconocibles de los 90 guía a Cristhian Mosquera en su vida. El futbolista de 17 años debutó en el Valencia más tarde de lo previsto. El espigado central había llamado la atención de José Bordalás desde que el alicantino llegó el pasado verano al banquillo blanquinegro. Los impecables informes sobre el jugador refrendaban la intuición del técnico. Tanto que el club blanquinegro ha acordado con el jugador la renovación de su contrato. Será, por tanto, su sexta temporada en Paterna.

Cristhian recaló en la Academia del Valencia con 12 años. Sus padres, nacidos en Colombia, se trasladaron a vivir a Alicante, ciudad de nacimiento del futbolista. Pese a ser español, el jugador siente y presume de orígenes. Cuenta con pasaporte cafetero aunque si hay algo a lo que esté ligado más allá de por pura genética es a su familia. A ellos les debe sus valores y su fe. Aunque el baloncesto también llamó su atención, en su familia se respira fútbol. Mientras Cristhian se trasladó muy pequeño a vivir a la residencia de Paterna, su hermano menor, Yulian, con once años juega en el Hércules. Marcar goles es lo suyo y juega de delantero en el equipo su ciudad.

Uno de los técnicos que ha disfrutado de la oportunidad de formar a un chico serio pero tremendamente empático como es Cristhian es Javi Lafora, seleccionador sub-16 de la Selección Valenciana. El técnico, cuando se le cuestiona sobre la personalidad del futbolista, recurre a una reacción del jugador en una situación que no siempre es agradable para los técnicos. Sucedió en diciembre de 2019 durante el Campeonato Nacional de Selecciones Autonómicas celebrado en Almoradí, en el partido frente al Extremadura: «Se quedó sin jugar de titular por plaza (solo pueden salir de inicio tres por club). Siendo capitán de la Valenciana e internacional con España, quizás podía no tomárselo del todo bien aunque sabía perfectamente cómo era él. Hablé con él antes del partido y de verdad que el ejemplo de compromiso y de respeto que dio a sus compañeros fue excelente». Lo dio todo en el banquillo, animando a sus compañeros. «Luego lo jugó todo. Era imprescindible, en el Valencia, iba adelantado para su edad», comenta Lafora quien, entre otros también formó a «otro buen chico» como es Hugo Guillamón.

Esa humildad no está reñida con su carácter ambicioso: «Tiene una mentalidad ganadora, competitiva, que complementa muy bien su carácter humilde y disciplinado». Fruto de esta característica, Cristhian es un trabajador incansable. Su altura le ha obligado a aprender a coordinar sus extremidades, a tratar la elasticidad más que otros compañeros. Es poderoso por arriba, también cuenta con un importante juego de balón. Lafora describe algunas características más del joven: «Tiene buena manejo de balón y superación de líneas desde atrás y medio campo con salida de balón. En los duelos no se arruga complicado». Ha jugado en el eje de la zaga y también en el lateral diestro, pero quizás en la posición de 6 tampoco desentonaría por su visión de juego.

Tras su debut en Copa, subió a sus redes sociales varias instantáneas. En una de ellas señalaba al cielo agradeciendo a Dios aquella oportunidad que no iba a ser la última. Después del pase a cuartos de final, sus compañeros en el eje de defensas, el lesionado Paulista y Alderete, le felicitaron por el trabajo. Acaba de irrumpir en Primera y ya ha sufrido parte de la cara fea de las redes sociales. Una persona creó un perfil haciéndose pasar por él y se dedicó a realizar publicaciones de mal gusto.

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