El Piojo, el talismán para Sevilla

Melero López contribuyó a estropear lo que hubiera podido ser una tarde redonda. Nada mejor que una victoria para recordar a una de las leyendas que marcaron también una época dorada. Pero el Valencia está hoy en día para lo que está y el argentino, sentado en el palco, se aburrió igual que el resto del personal. La afición volvió a desfilar hacia casa con la única esperanza de que el sábado que viene se puede arreglar el asunto porque lo que es en Liga, el pozo parece estar ya completamente seco. Para ayudar a esa ilusión copera que evite la ruina de la temporada ha venido al fin y al cabo Claudio López, que a sus 47 años mantiene muy fresca en su memoria de lo que es capaz de hacer un club y una afición como ésta en La Cartuja. Hace ya 23 años, el Piojo fue uno de los que conquistó Sevilla haciendo un doblete parra la historia. Aquella temporada fue brillantísima para él cerrando el curso con 36 goles (21 en Liga, 8 de Copa, 5 de Intertoto y 2 de UEFA). Posee una de las lonas en la parte exterior de la tribuna y si hoy tuviera veinte años menos, sería titular indiscutible.

Sólo hay un jugador que pueda asemejarse a él en este grupo. Lógicamente es Guedes, quizás tan veloz como lo fue en su día el argentino, aunque con bastantes menos dosis de gol. Pero hoy por hoy el portugués representa una de las esperanzas para La Cartuja. Por eso ver a Guedes renqueante los últimos siete minutos después del choque con Rubén García levantó la preocupación de todos. Habrá que ver su evolución pero será baja segura el martes contra el Villarreal. Nadie quiere imaginar una final sin Guedes por mucha contractura en los cervicales que tenga. Los médicos se van a volcar con él.

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