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No era todo tan fácil como lo pintaba Joan Ribó. El reinicio de las obras del nuevo estadio del Valencia sufre un nuevo contratiempo. Uno más. En este caso, de importancia. Y es que Presidencia de la Generalitat, tras analizar el proyecto y la documentación presentada por el club blanquinegro, ha detectado una serie de carencias que pretende que se solventen antes para tomar una decisión. Por este motivo, el presidente del Consell, Ximo Puig, ha rechazado por ahora reunirse con Anil Murthy -el dirigente de Singapur solicitó citarse con el mandatario tras pasar por registro de entrada el expediente del coliseo- y le ha emplazado a que se siente primero con los consellers de Economía y Territorio, Rafael Climent y Arcadi España, respectivamente.
En función del resultado del encuentro Puig decidirá si finalmente se ve con Murthy. Pero los tiempos corren y la situación cada día se complica. Primero porque el proyecto presentado por el Valencia ha menguado considerablemente respecto a lo que se prometió en su momento y porque esta situación ha derivado en una duelo político entre el PSPV y Compromís, socios de Gobierno en en el Ayuntamiento y la Generalitat.
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Tras la presentación el pasado 7 de marzo, por registro de entrada de la Generalitat, de la documentación del proyecto, las consellerias de Economía (Compromís) y Territorio (PSPV) han estudiado la documentación para determinar si hay algún encaje posible para que el proyecto mantenga los beneficios urbanísticos de la ATE -esa es la clave de toda esta historia- o si se concluye el procedimiento de caducidad que se inició en noviembre. La concejalía de Urbanismo, de Sandra Gómez, también tiene que emitir un informe al respecto y ha repetido, por activa y por pasiva, que su opinión será negativa si no se asegura el proyecto a máximos por el que se justificó la propia ATE: un estadio con una capacidad más cercana a los 70.000 espectadores que a las 45.573 butacas que se exponen en la primera fase del proyecto, la que llevaría al Valencia al cambio de casa.
El úlimo enfrentamiento en la visión que tienen ambos partidos sobre los movimientos de Meriton la inició el alcalde, Joan Ribó, que una vez más, consciente de ello o no, volvió a ejercer de portavoz inesperado de Lim: «Hay una parte de estos permisos que depende de nosotros y otra que es responsabilidad de la Generalitat, que es el tema de la ATE concretamente. Ahí si hay un retardo en el tema o consideran que no se puede hacer tendremos que esperar. No es lo mismo trabajar con esta acción estratégica que no hacerlo. El señor Murthy hizo una planificación, si no me equivoco, pensando que va a continuar la ATE. Evidentemente si no va a continuar, la situación no es la misma y los plazos siempre se retrasarán».
Pero el alcalde de Valencia no se refirió al escrito que presentó el Valencia a la Generalitat, en la que era muy claro respecto a la ATE. Sin ella no habría estadio en Cortes Valencianas. El club blanquinegro ha variado sustancialmente su posicionamiento en este conflicto con las autoridades políticas. Hace apenas unos meses y cuando el contrato con CVC todavía no había aparecido en escena, desde Meriton se insistía en aparentar cierta fortaleza argumentando que la pérdida de la ATE sólo afectaría a un pellizco económico que no debía repercutir en el deseo –supuesto– de acabar la obra. Sin embargo, ahora las matizaciones que ha presentado el club por escrito firmado por Murthy el 8 de marzo tanto a la Conselleria de Economía como a la de Territorio, se recogen en repetidas ocasiones la necesidad sí o sí de mantener viva la ATE, cuyo proceso de caducidad ya se ha iniciado y que, hoy por hoy, se encuentra recurrida por la vía contencioso-administrativa (10 de enero) ante el TSJ. El Valencia entiende que en este litigio no «se está siguiendo el correcto trámite administrativo», apuntando que «en ningún caso es ajustada a Derecho y supondría una medida desproporcionada que ocasionaría graves perjuicios al club», a la ciudad y a la Comunitat. Es este un hilo conductor que se repite una y otra vez. Exige «necesariamente el mantenimiento de la vigencia de la ATE, así como la reorganización de las fases previstas en la misma, en los términos solicitados por el club. De lo contrario se produciría la ruptura del marco de seguridad jurídica que actualmente aporta la ATE y, por tanto, el proyecto sería inviable» Un apunte más en ese sentido. Bajo el epígrafe 'Viabilidad del Proyecto sujeto a la vigencia de la ATE', el club expone: «Sin la vigencia de la ATE no se obtendría toda la financiación prevista... Cualquier alternativa y, en particular, aquella que mantuviera parte de la ATE y otra parte no, y/o nuevos instrumentos de planeamiento, sólo traería incertidumbre que imposibilitaría acometer un proyecto de tal envergadura... y pondría en peligro su viabilidad a futuro».
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