l. p.

Digna sepultura para Ramón Leonarte

El presidente del Valencia entre 1922 y 1924 no será exhumado y tiene al fin lápida

l. martí

Valencia

Lunes, 1 de noviembre 2021, 15:50

Una losa de dignidad para la figura de Ramón Leonarte Ribera. El presidente del Valencia entre 1922-1924, cofundador de la Federación de Fútbol de la Comunitat Valencia y presidente del Colegio de Árbitros regional tiene una lápida sobre su tumba casi 52 años después de su fallecimiento.

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En noviembre de 2020, LAS PROVINCIAS denunció la existencia en el Cementerio de Valencia de una pegatina del Ayuntamiento sobre el nicho de Ramón Leonarte, en el que se podía leer: 'Avís exhumació'. La piedra, sucia, con el nombre del que fuese uno de los hombres más importantes en la historia del club blanquinegro tal y como recogía Jaime Hernández Perpiñá, marcado a mano, junto a la fecha de su fallecimiento, (14-8-69) suponía un duro golpe para la memoria del fútbol valenciano que se había puesto de espaldas, una vez más, a su historia.

El día de la publicación de la noticia, empezó a trabajar el club, junto a la Fundación, la FFCV y la familia lejana que le queda a Leonarte, sobrinos de sobrinos. Éstos últimos nunca tuvieron relación con él pero estaban dispuestos a iniciar una recolecta para que los restos no fuesen exhumados. El contacto había sido nulo, de hecho ni siquiera sabían el nicho en el que se encontraba el exmandatario. El 25 de noviembre del año pasado, el Valencia y la Federación presidida por Salva Gomar, abonaron a medias la reserva del nicho por 50 años más para evitar que los restos del presidente de uno de los hombres responsables de impulsar la compra de los actuales terrenos donde se alza Mestalla, fuesen a fosas comunes.

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Poco tiempo después, el club comunicó al organismo que regula el fútbol valenciano que iba a proceder a escoger la lápida de un hombre que murió en unas circunstancias un tanto extrañas. El forense acreditó que falleció a los 77 años por fractura en el cráneo en las escaleras de su domicilio en la calle Sorní de Valencia, lo hizo sin descendencia. Poco más se sabe de la historia de un hombre entregado al deporte de balón y que además de arbitrar encuentros, dirigió a la Federación Levantina de fútbol que agrupaba clubes de la Comunitat y murcianos.

Finalmente, otro valencianista, Javier Poncé Tormo, diseñó y esculpió de manera altruista la lápida en la que junto al nombre completo del presidente y la fecha de su nacimiento aparecen el escudo del Valencia a un lado y el de la FFCV, además de una referencia al Colegio de Árbitros, en la otra.

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El Valencia invitó recientemente a Jorge Sempere, uno de sus familiares en vida y a su hijo, un joven seguidor blanquinegro que lleva su fidelidad a la entidad grabada en la piel con un tatuaje del icónico murciélago, al estadio que se levantó gracias al impulso de Ramón Leonarte para comprar el suelo, que costó 316.439,20 pesetas y se abonó en diez años, en el que se levanta el campo más longevo de Primera.

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