Los primeros dilemas para Bordalás

A Gayà, y más aún con el peso que da el brazalete, es difícil ahora tumbarle. En la Liga pasada, por lesión, se perdió únicamente tres partidos, lo que pone también en evidencia el fortalecimiento de su musculatura, nada que ver con los impedimentos que tenía algunos años atrás cuando, sobre todo los isquios, le traían por la calle de la amargura. Por eso, el esfuerzo del capitán por estar mañana en El Sadar le hizo ayer participar de una manera más efectiva en el entrenamiento del equipo. No es que fuera especialmente exigente, pero sí se le vio animado y liberado de miedos. El edema en el sóleo no parece que finalmente le vaya a apartar de esta cuarta jornada, por mucho que a la vuelta de la esquina esté la cita contra el Real Madrid que siempre suele tener un tirón especial. Será en cualquier caso el mismo Gayà, los médicos, y desde luego y finalmente Bordalás el que decida esta misma mañana si el lateral viaja o no este domingo para jugar en Pamplona, aunque todo hace indicar que sí estará a bordo del avión.

No va a ser ésta, ni mucho menos, la única decisión de cierta trascendencia que debe tomar este fin de semana el entrenador. Por primera vez desde que arrancó la temporada, a Bordalás le amenazan las dudas y en este caso por circunstancias que van más allá de la pura competencia deportiva que hay entre los profesionales. Él, que tan firme se mostró desde que el balón echara a rodar contra el Getafe el 13 de agosto –por eso decidió repetir hasta en tres ocasiones la alineación–, se encuentra esta vez con un amplio abanico de hipótesis que prácticamente afectan a todas las líneas del equipo.

Al margen de si resulta arriesgado o no contar con Gayà mañana tras el susto que se llevó en la cita con la selección española hace unos días, en la portería vuelve a estar de nuevo el primer foco de interés. Si ya fue una sorpresa que mantuviera a Mamardashvili en la segunda jornada e incluso en la tercera, el parón vuelve a dejar en el aire la incógnita sobre quién va a ser el portero titular de aquí a final del campeonato. Ya se sabe que no es lo mismo cambiar a alguno de los otros diez jugadores que hacerlo con el portero.

Y ahora resulta que ya están todos listos. Y da la casualidad que Mamardashvili regresó a finales de semana porque estuvo con la absoluta de Georgia, donde debutó y donde tuvo que soportar bajo los palos una amarga goleada (4-1). Del joven guardameta, al menos en clave blanquinegra, no hay queja alguna. Un gol en contra en tres partidos es su balance después de que el estreno liguero estuviera especialmente acertado.

Pero se hace difícil sostener toda la temporada un escenario con Cillessen en el banquillo de los suplentes y con Jaume en la grada, sin olvidar la difícil situación en la que se ha visto inmerso este año Cristian Rivero. Es lo que tiene haberse quedado con cuatro porteros en la plantilla, después de que ninguno de ellos planteara una salida convincente para todas las partes.

Y delante de Mamardashvili, sobre el césped, está otro de los afectados que perturban de laguna manera al entrenador: Alderete. El central no jugó ni un solo minuto con Paraguay (2-1 a Venezuela) pero eso no le evitó tener que subirse en Asunción en uno de los aviones fletados por LaLiga para traer a los futbolistas implicados en los torneos suramericanos. Del estadio al aeropuerto y de ahí en un avión rumbo a Madrid. Hoy aparecerá por Paterna en compañía de Maxi, que compartió vuelo chárter con otros uruguayos antes de recoger a Alderete y otros. El retorno exprés, al menos, fue algo más satisfactorio para Maxi que jugó los últimos 19 minutos del Uruguay-Ecuador (1-0).

Tanto el central como el delantero llegarán al entrenamiento de hoy casi con el pie cambiado. De ahí que no esté muy claro que puedan recuperarse con total normalidad en las horas que quedan hasta la tarde de mañana. Diakhaby ha sido objeto de atención esta semana por parte de Bordalás y en la otra parte del campo, si Maxi al final se queda en el banquillo, la opción se le presenta a Marcos André.

Dijo del brasileño Bordalás en su arranque como valencianista que todavía estaba en fase de aprendizaje en lo que a conceptos se refiere. Haber estado este parón liguero en Paterna le da un plus al delantero. Y ya se sabe que la afición lo que quiere siempre es ver si las caras nuevas responden o no como se espera de ellos. André, como ha ocurrido también con el resto, llegan con el sello de Bordalás y eso les permite tener la puerta del estreno más entornada que otros casos.

Y la última de las incógnitas encierra una trampa. Carlos Soler, al tener un verano más activo que el resto, está con una marcha atrás y sus números así lo reflejan. Indispensable dentro del esquema, en algún momento Bordalás se puede plantear regular ese esfuerzo para no saturar del todo al centrocampista.

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