«En fútbol, los grandes clubes intentan mejorar cada temporada y hacerse más fuertes. Si no es así, el fútbol te juega malas pasadas y se puede pagar caro». La reflexión de José Bordalás, el pasado 6 de mayo antes de viajar a Bilbao ... donde acuñó la frase de que deben llegar al club fichajes de 'nivel Valencia', fue el aviso claro de una persona de fútbol que visiona un corto plazo al límite si Meriton no cambia su modelo deportivo. Algo que nada indica que vaya a suceder, con el equipo por tercera temporada consecutiva fuera de competiciones europeas, una deuda que sigue estando en la horquilla de los 400 millones y la certeza de que el 30 de junio se llegará a siete temporadas en números rojos de las ocho de Meriton gestionando el Valencia. Algo que volverá a poner al club en peligro de que se le abra un expediente por parte de la Liga o la UEFA, al encadenar tres temporadas consecutivas con pérdidas que suman más de 30 millones. Algo que, tras perder 39,2 en los dos últimos dos ejercicios, ya tenía asegurado el club tan sólo con tener un céntimo en rojo en la 21-22. El problema es que serán muchos más. En el último presupuesto aprobado, las pérdidas previstas sin venta de jugadores son de 74,3 millones.
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El gran temor para una grada que ha visto como Meriton ha ido vendiendo, o regalando, a todos sus referentes (Parejo, Coquelin, Kondogbia, Rodrigo, Ferran Torres...) es que en el mercado de este verano sean vendidos José Luis Gayà y Carlos Soler. Los dos emblemas terminan contrato en junio de 2023 y están a medio año de quedar libres para firmar a coste cero por cualquier equipo. Aunque las negociaciones con los dos para ampliar su contrato siguen abiertas, en caso de que no fructifiquen en las próximas semanas Peter Lim deberá decidir si se arriesga a perder a los jugadores a coste cero o dar luz verde a alguna oferta, aunque sea a la baja. En las cuentas aprobadas por el rodillo accionarial de Meriton están presupuestados antes del 30 de junio ventas de jugadores por 37,7 millones de beneficio neto. En términos prácticos, vender a Carlos Soler o Gayà por un mínimo de 38 puesto que sería beneficio puro al no tener amortización por ser canteranos. Anil Murthy, en declaraciones a los medios oficiales del club, defendió que la intención de Meriton sigue siendo renovarlos y no venderlos: «En el fútbol actual hay futbolistas que tienen también su ambición y sus proyectos y hay que respetarlo como profesionales. Hay algunos que se quedan y otros que saldrán, pero el proyecto de la cantera es asegurar que hay siempre jugadores que suban al primer equipo. Estamos negociando con los agentes de Soler y Gayà para renovarlos. Saben que el club tiene sus límites. Son dos jugadores internacionales, son top. Ambos tienen sus preferencias en la renovación, pero si al final no llegásemos a un acuerdo hay que tratarlos bien y dejarlos seguir con sus sueños. Nuestra preferencia como club es que se queden. Son referentes».
Unas palabras que pueden volver a ser papel mojado por la cruda realidad, con un Lim que sigue sin dar ninguna señal de inyectar más dinero. Si no lo hace, el Valencia tendrá que seguir recortando su plantilla. Sin jugar en Europa (la última campaña que el club lo hizo ingresó 60,8 millones por competiciones) la única fuente alternativa es el fondo CVC, aunque la cantidad destinada a inversión deportiva ya está casi agotada tras activar la opción de compra de 4 millones de Hugo Duro al Getafe.
El pequeño salvavidas al que se podrá agarrar Meriton son las medidas que ha aprobado la LFP para suavizar las pérdidas como impacto de la pandemia, que se podrán distribuir en un los siguientes ejercicios (un 15% en las cuentas del curso 22-23, un 20% en el 23-24 y 24-25 y un 22,5% en el 25-26 y 26-27). Una medida para aliviar el exceso del tope salarial junto a la que permitirá la regla 1 a 4, es decir aumentar el Fair Play en un 25% del beneficio neto de cualquier operación que subiría a un 33% (sólo hasta el 1 de septiembre) para cualquier jugador que suponga más del 5% del gasto total de una plantilla. Algo que, una vez más, pone a Guedes, Soler o Gayà con el cartel de transferibles.
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Lourdes Martí J. Solano
Murthy, en sus declaraciones a los medios oficiales, habló de que lo más importante es llegar «a una sostenibilidad financiera, sin sostenibilidad nada va a funcionar». Lo dice el presidente de un club que sumó 135 millones en pérdidas los últimos siete años. Pese a todo, el singapurense defiende el proyecto deportivo de Meriton, el que le paga: «Está basado en una inversión importante en la cantera y no vivir por encima de nuestras posibilidades como pasaba hace años. Tenemos una dirección deportiva que está trabajando sin parar para confeccionar una plantilla que va a ser muy competitiva».
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