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Un partido en el Santiago Bernabéu es como Pretty Woman. Lo has visto miles de veces. Siempre el árbitro condiciona el partido. Con un penalti, una tarjeta o cualquier otra acción. Durante la semana se enardece la cita y al final pasa lo inevitable. Pero ... el pillaje del silbato no puede ocultar un nuevo desplome defensivo del Valencia. Son 32 goles en contra en 20 partidos. El Levante, colista, es el único que lleva más tantos encajados que su vecino. El equipo profana el primer mandamiento de Bordalás. El técnico acaba siempre cabreado.
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Tras una primera parte igualada, en la segunda los valencianistas facilitaron la goleada del Real Madrid. Gayà lo admitía al finalizar el partido. «Cuando pierdes 4-1, te lo tienes que hacer mirar», reflexionaba el capitán. El equipo se desconectaba tras el segundo tanto madridista nada más saltar del vestuario. Así es imposible imponerse a un conjunto con jugadores tan primorosos como Modric. El entrenador valencianista no logra la consistencia que sí adquirió en Getafe. Y por eso reclama fichajes. Pero estas taras se deben trabajar en la soledad de Paterna. Y si se está haciendo, el resultado no llega. Pero el hundimiento llegó porque el árbitro se puso la camiseta del Real Madrid en una acción clave. En 1930 los jugadores de Mestalla se marcharon de Chamartín tras anular el colegiado tres goles legales al Valencia, Ilie veía en 2001 como le anulaban un tanto por un fuera de juego inexistente y dos años después llegó el célebre 'ushiro-nage' que Tristante Oliva vio entre Marchena y Raúl. Tres precedentes (hay muchísimos más) que este sábado tuvieron continuidad con el batacazo de Casemiro con un soplido de Alderete. Porque contacto no hubo. Ni de lejos. El brasileño, además, debía haber sido expulsado minutos antes si Hernández Hernández se hubiera atrevido a sacarle la segunda tarjeta amarilla. Por tanto, doble error para matar las ilusiones del Valencia.
Ocurrió, además, a escasos instantes de marcharse al descanso. En el vestuario no se habló de otra cosa, como confirmaba Guillamón al acabar el choque. Ahí murió un conjunto blanquinegro que en la primera fase del partido estuvo respondón. Aguantó la insistencia madridista y gozó de fortuna en un balón al larguero de Modric sólo un minuto antes de la comedia arbitral. Cillessen había desbaratado todas las acometidas rivales y Guedes, devuelto a su banda izquierda, había incomodado al Real Madrid con sus correrías y algún chut con intención. Pero todo finalizó con el gol de penalti, que anotó Benzema, y con el segundo marcado por Vinicius tras marcharse con velocidad y aprovecharse de la debilidad defensiva. Aquí llegó el derrumbe.
El brasileño repetía acierto después de una jugada entre Benzema y Asensio. El remate lo desviaba Cillessen pero Vinicius, oportuno y con la defensa valencianista en depresión, permitía al Real Madrid conseguir el tercer tanto. Con todo finiquitado, el Valencia se quitó la presión de encima y se puso a jugar. Se liberó y antes del gol de Guedes pudo conseguirlo Wass en dos ocasiones. Primero con un chut durísimo que sacó el gigante Courtois e instantes después en una acción casi similar, pero en este caso el balón se iba alto. Luego llegaba el penalti cometido por Mendy al agarrar a Marcos André en el área. Muchos se sorprendieron de que el árbitro lo señalara, pero así fue. Guedes fue el encargado de ejecutar la pena máxima ante la ausencia de Carlos Soler. El guardameta belga acertaba la dirección del lanzamiento, pero el rechace volvía al portugués, que sí anotaba de cabeza. El Valencia se animó. Manu Vallejo, que había saltado al campo por Koba, tuvo el segundo tanto pero no pudo superar a Courtois. Y ahí se acabó todo. Tanto que Benzema aún pudo darse otro homenaje con su segundo gol y cuarto del Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Una derrota del Valencia que mereció porque no fue mejor en ninguna estadística del choque. La mayoría de acciones de ataque fueron madridistas, los ocasiones claras fueron para los locales y sólo la confusión defensiva fue valencianista.
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Real Madrid
Courtois, Lucas Vázquez (Nacho, min. 87), Militao, Alaba, Mendy, Modric (Ceballos, min. 71), Casemiro (Camavinga, min. 71), Kroos, Asensio, Benzema (Isco, min. 89) y Vinicius (Valverde, min. 87).
4
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1
Valencia
Cillessen, Piccini (Iranzo, min. 77), Alderete, Diakhaby, Gayà, Hélder Costa (Koba Lein, min. 66; Manu Vallejo, min. 83), Wass, Guillamón, Guedes, Musah (Cheryshev, min. 66) y Maxi Gómez (Marcos André, min. 66).
Goles: 1-0: min. 43, Benzema, de penalti. 2-0: min. 52, Vinicius. 3-0: min. 61, Vinicius. 3-1: min. 76, Guedes. 4-1: min. 88, Benzema.
Árbitro: Hernández Hernández (Comité de Las Palmas). Amonestó a Casemiro, Militao, Piccini, Musah, Mendy y Cheryshev.
Incidencias: Partido de la jornada 20 en Primera disputado en el Santiago Bernabéu ante 40.617 espectadores.
Fue otra vez una versión poco reconocible para el estilo que defiende Bordalás. El horror del penalti no debe ocultar el gran problema del equipo de Mestalla. Porque en ataque las cifras globales son más que aceptables, pero donde el técnico quiere incidir se está fallando en demasía. La ausencia de Gabriel Paulista se nota, también la reciente de Foulquier, pero estos desbarajustes no son sólo achacables a los hombres de la retaguardia. Sorprende que el preparador no consiga acertar con el estilo que evite la sangría. Y si a todo esto le sumas la atrocidad arbitral, habitual en el Santiago Bernabéu (no sólo con el Valencia), pues te vas con cuatro goles en contra. Bordalás insiste con fichajes para solucionarlo. Veremos si Meriton le hace caso.
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