Con el Ayuntamiento –según admitía ayer una fuente municipal– «esperando que el Valencia dé el primer paso y reanude las obras de Mestalla para después ... plantear el convenio»; con la afición más volcada que nunca en el equipo hasta el punto de haber rebajado la intensidad de las protestas callejeras; con la oposición tan deshilachada como casi siempre, y con un consejo de administración que enmaraña las cuentas de la austeridad dando la sensación de que Meriton no quiere ni prestar ni poner más antes de lo que se barrunta como su salida definitiva... a este confuso panorama se enfrenta esta semana Juan Martín Queralt en lo que será la puesta en escena de su último y definitivo proyecto para intentar desalojar a Peter Lim del Valencia.
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Cuando este jueves se plante ante la opinión pública el presidente de la plataforma De Torino a Mestalla en la sede de la Agrupación de Peñas, lo hará como cabeza visible de un plan que lleva gestándose prácticamente desde primavera y que como fundamento principal tiene la marcha del actual máximo accionista con el reparto accionarial según las posibilidades e cada valencianista. En su idea originaria, el proyecto tenía como gancho el 112, por un lado un número asociado al teléfono de emergencias –así también se aplica al estado de salud del club– y, por otro, los millones que Lim ha puesto descontando los que se ha dejado por el camino por su mala gestión. A ese precio de compra, el matiz ahora es que ya se le puede aplicar a ese precio de compra un último descuento de millones, rebajándolo hasta los 105 teniendo en cuenta los 7 millones que se perdieron después de impuestos en el último balance y que se presentarán a los accionistas en la junta.
Hay voces que advierten que esta iniciativa, que tiene como objeto pulsar cuánto dinero serían capaces de poner los valencianistas para recuperar el club, tiene muy difícil su viabilidad, pero desde la propia plataforma se considera que el gran error que cometerían es, al menos, no intentarlo. A esta rueda de prensa ni asistirá Libertad VCF ni tampoco ha sido invitado Miguel Zorío (Marea Valencianista), a pesar de que en verano se hizo el estéril esfuerzo de aunar a todas las fuerzas de la oposición para unificar criterios y para reforzar el posicionamiento. Las Peñas –también con tensión interna–, Tertulia Torino, Marea Valencianista, Espíritu del 86y Peña Valencianista por la Solidaridad firmaron un compromiso para ser «voz única ante las administraciones públicas y el resto de interlocutores relacionados con el Valencia», con el «deseo de unidad con todos los sectores». El paso del tiempo ha demostrado que ha sido imposible agrupar a todos bajo la misma bandera, porque las estrategias son diferentes aunque el fondo de la cuestión es coincidente: que Lim acepte negociar. Es más, tampoco hay que descartar nuevas iniciativas.
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