De Ximo Puig a Pablo Iglesias: rechazo político unánime ante el descalificativo xenófobo en el Cádiz-Valencia

La denuncia de Diakhaby de un insulto racista recibido por Cala provocó la denuncia en bloque de la clase política. «La igualdad y el rechazo al racismo. Ese es el partido más importante. Un abrazo a Diakhaby. Esta es su casa, su tierra», manifestó el president de la Generalitat, Ximo Puig.

Por su parte, el alcalde Joan Ribó puso el foco sobre el receptor del insulto: «El debate no tiene que ser qué hace o deja de hacer la víctima. Eso no puede suceder. Condena enérgica».

Sandra Gómez, vicealcaldesa de Valencia, también se mostró contundente: «Al racismo se le planta cara y a los racistas se les deja plantados. Este partido no debería haber continuado con el racista en el campo y Diakhaby en el vestuario. Hay cosas más importantes que los puntos en la clasificación y este gesto podría haber dado la vuelta al mundo. Nada peor para un equipo que defiendan su escudo los señalados por racismo».

Por su parte, María José Catalá, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Valencia, hizo referencia a la histórica decisión de Guus Hiddink en un partido en Mestalla cuando ordenó que se quitara de la grada un símbolo nazi para que se jugase el encuentro: «Hiddink hizo historia en Mestalla en 1992 y hoy Diakhaby en Cádiz».

Hasta el alcalde de Cádiz, José María González 'Kichi', se mostró rotundo al respecto: «El racismo se condena siempre. En la sociedad y en el fútbol. Sin fisuras, sin medias tintas y sin excusas».

Otros cargos políticos, como el concejal de hacienda del ayuntamiento de Valencia, Borja Sanjuán, el partido debería haberse suspendido: «Como valencianista habría llevado esos tres puntos menos como un orgullo. Sobran los tres puntos en un partido en el que se juega con el racista en el campo y con el agredido en el vestuario». El portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento, Fernando Giner, también condenó «el insulto racista». A nivel nacional, Pablo Iglesias o Irene Montero también mostróaron su apoyo.