![Del río Turia de Juan Soler al Tholos griego de Peter Lim para la fachada del nuevo estadio](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/02/09/fachada-RUMwL4WQg3fRW6HIVbVsJWL-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![Del río Turia de Juan Soler al Tholos griego de Peter Lim para la fachada del nuevo estadio](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/02/09/fachada-RUMwL4WQg3fRW6HIVbVsJWL-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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La hemeroteca es traicionera. Y reveladora. 10 de noviembre de 2006: «Los arquitectos se han inspirado en los barrios de la ciudad y en el río Turia para diseñar la cubierta y la fachada del nuevo estadio del Valencia». Palabra de Juan Soler para su fastuoso proyecto. El río Turia iba a recorrer en forma de pasillo de cristal tanto el techo como las paredes del estadio y serviría para inscribir los nombres del estadio el día de su inauguración, así las denominaciones de todas las peñas de la entidad. Por cierto, ese día el expresidente del club dio las fechas clave: «La intención es tener la licencia de obras antes de marzo de 2007 para poner la primera piedra y si se cumplen los plazos, que el estadio esté acabado en abril de 2009». Por ahora sólo va con quince años de retraso.
Aquel diseño inicial ha sufrido múltiples variaciones. Hasta llegar al nuevo proyecto presentado en el Ayuntamiento el 31 de enero. La propuesta, firmada por los arquitectos Mark Fenwick y José Javier Iribarren, tiene como novedades respecto al anterior la subida del número de espectadores para dejarlos en una capacidad bruta de 70.044 espectadores y una reducción de la plazas de aparcamiento, que pasan de las 3.500 iniciales a 900 para el público en general. Se necesitan 119 millones para terminar la obra de un presupuesto final que superará los 300 millones.
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A nivel visual también hay singularidades. En el proyecto original (metálico, brillante y curvado) la fachada y la cubierta se fundían en una única piel, con un estilo más escultórico, aunque independiente del entorno. Conforme han ido progresando las propuestas, el nuevo estadio ha ido evolucionando hacia un recinto abierto, «más mediterráneo en su concepción». Podría entenderse «como una evolución del esquema del templo clásico de cubierta sobre columnas. El tholos griego tan relacionado con el mar que baña la ciudad de Valencia», destaca la memoria.
La cubierta del coliseo es el elemento de mayor complejidad tecnológica. Su diseño se asemeja a una gran cáscara cónica metálica sobre una serie de postes verticales. Cincuenta pilares de acero sostienen un conjunto formado por dos anillos estructurales, como si se tratase de una enorme rueda de bicicleta colocada en horizontal. El proyecto de la nueva cubierta, de inicio, no cubre completamente la grada baja, pero cuenta con una posible ampliación para hacerlo posible.
El techo del recinto de Cortes Valencianas lo componen un conjunto de escamas de acero solapadas entre sí a modo de tejas de pizarra que realizan una doble función: la cobertura contra la lluvia y el sol y, por otro lado, es el soporte perfecto para el sistema de captación de energía solar para la granja fotovoltaica que se pretende instalar. Parte de esas escamas serán de vidrio translucido con la forma del escudo del club, «lo que le dará una gran singularidad a la misma, haciéndolo reconocible en la imagen aérea del estadio tanto de día como especialmente de noche».
En cuanto a la fachada, su composición se divide en tres bandas horizontales. La inferior, compuesta por vidrios y chapas perforadas, con una apariencia ligera que permitirá que el estadio parezca flotar sobre la plaza que rodea al coliseo; la intermedia, con unas bandas de chapa de acero ondulado. Aquí ganan protagonismo las doce torres de subida a la grada alta; y la superior, que servirá de soporte para elementos corporativos del club.
El estadio contará con cerca de 3.500 localidades de nivel superior. En la zona central de la graba baja se situará el VIP Club con 984 butacas y 15 accesibles; junto al banquillo estará la zona de miniboxes y experiencia de banquillos, con 104 plazas; en la grada media se ubicará el palco de presidencia y autoridades (148 butacas) y la tribuna VIP (363). Y justo arriba, los diferentes palcos podrán llegar a albergar hasta 1.973 personas. Estos últimos se entienden como un «producto privado con posibilidad de tematizarlos de manera propia». Y de entre todos ellos destaca el Diamond Club, situado justo encima de presidencia, que pretende ser el área más exclusiva del recinto. La gente podrá manejarse por su interior con un software de tarjetas.
La UEFA ha certificado que será un estadio de categoría cuatro y podría albergar partidos de primer nivel tanto de selecciones como finales de competiciones nacionales y europeas. Y, sobre todo, una final de Liga de Campeones, «que era uno de los objetivos principales del club».
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