Rodrigo muestra cariño hacia Marcelino en su despedida y se olvida de Peter Lim

Rodrigo Moreno ya es historia del Valencia. En todos los sentidos de la palabra, puesto que además de cerrar una etapa profesional de seis años dejará imágenes para el recuerdo como los goles de la remontada ante el Getafe en los cuartos de la Copa de 2019, el de la final que encarriló el título o su inolvidable gesto con la peluca naranja, que compró él, para honrar a Jaume Ortí tras el fallecimiento de uno de los presidentes más queridos de la historia del club. Saber donde estás es casi más importante que estar.

El Leeds United hizo oficial ayer por la mañana el fichaje del internacional español hasta 2024, reconociendo que es la compra más cara de su historia (30 millones de euros más 10 en variables) y el jugador se despidió del valencianismo con un emotivo vídeo.

En el apartado de agradecimientos, el único nombre que pronunció para destacarlo sobre el resto fue el de Marcelino García Toral. Se olvidó de Peter Lim, que le abrió las puertas del club en 2014 de la mano de Meriton (la empresa que compró sus derechos al Benfica). A Lim se le acabó el amor por Rodrigo hace más de un año y el sentimiento ahora es recíproco después de varios intentos frustrados de traspaso.

«Valencianistas, después de seis años juntos ha llegado el momento de separar nuestros caminos. Ha sido una decisión muy meditada y en ningún caso forzada por ninguna de las partes. La transparencia y el respeto siempre ha sido mutuo. Considero que es el momento de aceptar un nuevo reto en mi carrera y estoy convencido de que es lo mejor para todos», afirmó el futbolista en el arranque del vídeo que tenía preparado antes de que se hiciera oficial su fichaje por el conjunto inglés.

Destacó el futbolista el nacimiento de su hija, «el momento más especial de mi vida que siempre estará ligado a Valencia» e hizo referencia a la afición: «Compartimos tristezas y alegrías, en los que gracias a vuestro apoyo incondicional unido al esfuerzo y dedicación de mis compañeros y mío pudimos llevar al Valencia a la Champions, a conquistar un título en el año del centenario y vivir un momento que nos acompañará para siempre, la celebración de la Copa con toda la ciudad volcada y una unión increíble entre el equipo y la afición».

Después, mostró su agradecimiento, tanto suyo como de su familia, a los trabajadores del club, a los compañeros, a «todos los entrenadores» y es ahí cuando hizo un guiño particular al técnico asturiano: «Mi recuerdo especial para Marcelino», mención que seguramente no habrá sentado bien en Singapur.

«Más allá de los logros deportivos y del beneficio que haya podido ofrecer como futbolista, lo que realmente deseo y os pido es ser recordado como una buena persona, que nunca bajó los brazos y hasta el último partido que jugué ha intentado defender y representar los valores del Valencia», concluyó.