Rodrigo De Paul, Kondogbia y las dos caras de Meriton

La visita del Atlético de Madrid mañana a las 16:15 horas a Mestalla traerá consigo viejas caras conocidas. Rodrigo De Paul, que recaló en las filas del conjunto blanquinegro con apenas 19 años en 2014, regresará hecho una estrella a la que fue su casa durante dos temporadas. Concretamente, su llegada al equipo, que por aquel entonces se encontraba a cargo de Nuno Espirito Santo, coincidió con el inicio de la era Meriton. Aquella donde la inyección de presupuesto y ambición deportiva parecía preceder el regreso de un Valencia capaz de consagrarse de nuevo en lo más alto del fútbol español.

Rodrigo De Paul llegó al conjunto de Mestalla como proyecto de futuro. El argentino, a pesar de no comenzar su etapa en el fútbol español de la mejor manera, viendo la roja directa en el Sánchez Pizjuán tras propiciar un codazo desafortunado a su rival, fue un futbolista en el cual había depositadas grandes expectativas a pesar de su corta edad, dadas las señales de talento que era capaz de evidenciar dentro del terreno de juego. Quizás, este mismo factor fue el que acabó por pesar en su contra, generando un ansia entre la afición y en él mismo por explotar su máximo potencial, algo que no llegó a producirse.

De Paul fue símbolo de una de la mejores etapas de Meriton, donde se apostaba por la juventud y donde el objetivo por ocupar plaza Champions era una obligación. Compartió vestuario con otras grandes apuestas que también aterrizaron en el equipo aquel año y sí llegaron a exprimir sus condiciones, como André Gomes, Rodrigo Moreno, Otamendi o Cancelo. Desafortunadamente para él, las exigencias de Mestalla no perdonaron a una estrella prematura, que consiguió asentarse en la élite en su etapa como jugador del Udinese, donde posteriormente acabaría levantando la Copa América este año con Argentina, siendo uno de los mejores jugadores del torneo .

Si De Paul vivió una etapa idílica con Meriton al frente del Valencia, Kondogbia fue testigo de la otra cara de la moneda que se produjo tras conquistar la Copa del Rey de 2019 en Sevilla, con Marcelino a los mandos. El francés, que ahora mismo es una de las grandes incógnitas que maneja Simeone para el partido de mañana en Mestalla, fue el último de los pilares de la columna vertebral de aquel Valencia campeón que terminó por bajarse del barco blanquinegro la temporada pasada. Ya sin futbolistas como Parejo, Coquelin, Rodrigo, Garay o Ferran en el plantel, y sin una plantilla suficientemente competitiva, Kondogbia abandonó a un equipo sin proyecto, que acabó en decimotercera posición.

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