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Manuel Llorente: «Sabía desde el principio que la venta de Mestalla iba a fracasar»

Hace hoy justo siete años que el expresidente del Valencia dimitió de su cargo para dar paso a una nueva singladura que terminaría con el club en manos de un propietario asiático

Sábado, 4 de abril 2020

La llamada de este periódico le sorprende tratando de esquivar con el mando de la televisión la comparecencia del presidente del Gobierno. Manuel Llorente Martín (25-1-1952) se marchó de la presidencia del Valencia tal día como hoy hace siete años y eso le permite emitir abiertamente un juicio rápido sobre la situación que expone Pedro Sánchez: «No entiendo cómo se puede ir a comprar pero no a trabajar si también se pueden tomar medidas preventivas. No se puede parar a cero toda la productividad de un país». El debate más cercano, en el Valencia, gira en torno a si la plantilla debe y de qué forma reajustar sus sueldos ante la crisis.

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–¿Cómo se ve la vida desde aquel 5 de abril de 2013?

–Bien, antes tenía mucha actividad. El fútbol te estresa mucho pero a veces lo echo de menos.

–El día del adiós dijo que había hecho «cuatro años de narices y que estaba súper orgullosísimo».

–Lo mantengo. No lo ha vuelto a tener el Valencia y no sólo esos años de presidencia, sino los anteriores. Fue la mejor época del club de la historia. El otro día estuve viendo el partido de la final del 99 y echaba de menos ese equipo, cómo luchaban... Mendieta, Carboni, Piojo... Desde ese momento empezó el Valencia a funcionar.

–Pero su figura siempre ha estado en el centro de las críticas.

–Tomé decisiones bastante importantes, como por ejemplo la de Fernando Gómez. Además, teníamos en la oposición a Paco Roig... era incansable. Siempre había malestar porque parecía que nunca hacías las cosas bien a pesar de que ganábamos títulos. Económicamente el club estaba muy mal.

–Hubo ampliación de capital.

–Era la época más dura de la crisis, aún así vendimos y fichamos jugadores importantes.

–¿Fue la intervención política la solución o a la larga resultó ser un problema para el club?

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–Nunca he tenido un problema con los políticos. En aquel momento conseguimos financiación, sobre todo gracias a Paco Camps, que puso mucho empeño porque es un gran valencianista. Si no lo hubiéramos solucionado, el Valencia hubiera estado forzado al concurso de acreedores. Nosotros lo equilibramos y lo dejamos bien. El Valencia nunca tuvo necesidad de venderse, el problema eran las acciones y su aval. De 550 millones de deuda pasamos a 350 y con un par de añitos más, como le dije a la alcaldesa (Rita Barberá), el campo lo hubiéramos terminado.

–La operación de Newcoval fue de lo primero en tumbarse.

–La crisis económica ocasionó todo eso. Lo de Newcoval venía impuesto por Bankia y el banco después lo paralizó todo.

–Hace unos días se supo el nuevo revés con ADU sobre la venta de la parcela de Mestalla.

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–Sabía desde el principio que lo de la venta de Mestalla iba a fracasar. Es muy difícil construir 400 viviendas en régimen de cooperativa.

–¿Qué solución ve al respecto?

–No lo sé, pregúnteselo a los de la Fundación. Dijeron que era la mejor operación del mundo mundial, pregúntele a Aurelio Martínez.

–Da la impresión de que el Valencia siempre ha estado expuesto a decisiones políticas y bancarias.

–Yo no lo veo así. Cuando el club ha necesitado una decisión política contamos con ella y con los bancos nunca tuvimos problemas. Nunca hemos estado intervenidos.

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–¿De qué decisión se arrepiente?

–No pienso en eso. Vendimos jugadores porque eso forma parte de la idiosincrasia de los clubes. Hoy todo el mundo lo hace pero cuando lo hacíamos nosotros parecía que era un problema tremendo. Siempre nos buscaban lo negativo. En Milán, cuando íbamos a jugar la final, dijeron que negociábamos con el Milán para vender a Mendieta. Era una vorágine tremenda.

–¿De qué decisión está más orgulloso?

–De los fichajes que trajimos, de la buena relación con todos los entrenadores y sobre todo con Emery. Yo iba a Paterna muchísimo, estaba pendiente de todo.

–En siete años, tras usted han desfilado cuatro presidentes. ¿Ha ido a mejor o a peor el club?

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–A peor. Con Salvo empezó a deshacerse un equipo que estaba bien montado. Ahora hay un señor que es el propietario y que toma sus decisiones. Es lo que la gente ha querido. Hubo una Fundación que vendió las acciones a este señor sin exigirle acciones de obligado cumplimiento.

–Como el estadio.

–Por ejemplo. También el hecho de que los jugadores y entrenadores quieren estar cerca del que toma decisiones. Hoy no se dan esas circunstancias. Antes estábamos por delante del Atlético, éramos los octavos del ránking en Europa. Y ahora ni se sabe.

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–¿Se sintió traicionado cuando cambiaron el patronato?

–Pepe Císcar estaba más pendiente de resolver el aval y la alcaldesa (Rita Barberá) del campo. Yo no iba a poner en riesgo a la entidad pidiendo otro crédito. Así se lo dije. Necesitábamos tiempo, se ha demostrado que el fútbol ha entrado en valor.

–¿Le preocupa la deuda de más de 500 millones del Valencia?

–Nada, lo puede asumir. Otra cosa es que se pueda endeudar más para acabar el campo.

–Le sucedió Vicente Andreu.

–Persona honorable, una garantía de honradez. Es crítico siempre, por muy amigo que sea.

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–Deduzco que opinará diferente de Amadeo Salvo.

–Con él empieza el declive. Transmite a la alcaldesa que se puede acabar el estadio y a Pepe Císcar que se puede pagar el aval.

–¿Layhoon?

–Estuve reunido con ella el último año nuestro, me la presentó Jorge Mendes porque querían comprar un club y vinieron a ver si se podían quedar el Valencia. No hacía falta venderles todo. Miraba un balance y ya sabía enseguida la situación de la sociedad.

–¿De Murthy tiene opinión?

–Nunca he hablado con él. Ahora el que está gestionándolo todo es Lim. Así me lo contó Mateo Alemany una vez que estuve con él.

–Ahora que lo menciona, ¿fue un error desprenderse de él?

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–Hizo un buen trabajo... pero aquí hay una cosa clara: hay un señor que es el dueño y decide. Los Aurelio Martínez, Amadeo Salvo, aquellos de la Fundación y que incluso alguno está en el consejo o sentado en el palco, son los que han perjudicado y los que vendieron. Si decidimos vender el club a un señor hay que asumir las consecuencias. Y lo lleva como él quiere. A esa gente es a quien hay que pedirle responsabilidades porque vendieron sin que fuera necesario y sin coger las garantías. Los políticos quisieron resolver el problema del aval y les daba igual a quién se lo vendieran.

–Ahora, el problema general del fútbol europeo es cómo se va a acabar la temporada.

–La Liga debe terminarse y la siguiente empezar en función de cómo termine ésta. Para eso están las plantillas de 25.

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–¿Están los clubes preparados para soportar el posible desfase económico?

–Con el control económico que existe, con el trabajo que han hecho Tebas y Javier Gómez, los clubes están mucho más saneados.

–¿Los ERTES son la solución?

–Algo van a tener que hacer con el coste de las plantillas. Hay que negociar con los jugadores.

–¿Se encontrará fácil arreglo?

–Los futbolistas son gente que viven la realidad y estamos viendo que algunas plantillas toman la iniciativa. Son conscientes de la situación que pasan.

–¿Va a cambiar el fútbol?

–No, es una pasión y si el mes que viene hay que jugar, Mestalla se llenaría a rebosar. Lo que no sé es qué efectos puede tener todo esto en las empresas que participan en el patrocinio del fútbol o de los equipos.

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