Samu Castillejo apurará hasta el final del mercado y despierta interés en Grecia e Italia

Además de los evidentes refuerzos que necesita cerrar el Valencia en esta última semana, hay otro melón todavía abierto: el de la rescisión de contrato de Samu Castillejo. El extremo malagueño no cuenta. Está apartado. No es ninguna novedad, lleva siendo así desde la pretemporada. Está fuera de todas las convocatorias y en los últimos días no ha entrenado con sus compañeros por un resfriado. Rubén Baraja además fue muy claro con la situación de Castillejo tras la derrota ante Osasuna: «Tiene contrato con el Valencia, pero sabe su situación. Se le ha dicho cuando se le tenía que decir y no tengo nada más que comentar de este tema. Sabe cuál es la situación y tendrá que tomar una decisión». Su respuesta a la pregunta de qué haría con él si finalmente no termina saliendo fue clara. No entra en los planes. Tiene que salir.

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Y eso lo sabe perfectamente Castillejo, que juega sus cartas en la tensa negociación que está siendo su rescisión de contrato. El malagueño, que llegó libre al Valencia el verano pasado y que ya lo hizo perdonando dinero al Milán, reclama ahora que para terminar con su contrato de forma prematura, debe ser compensado. Algo lógico. El Valencia le ofrece una cantidad que su agencia de representación considera muy baja, y de ahí que la situación siga encallada. El extremo sabe que tiene equipos interesados en contratarle, especialmente en ligas exóticas.

México, Arabia Saudí o Grecia son algunos de los países en los que han aparecido rumores de intereses por el jugador, que apura los últimos días de mercado para ver si algún equipo español se interesa por él. También conserva el deseo de regresar a Italia, donde disfrutó de sus mejores temporadas en el Milán. Según Fabrizio Romano, dos equipos transalpinos están interesados en su situación. Algo que realmente al Valencia le es indiferente, porque ningún equipo va a pagar por un traspaso por Castillejo. Rescindirá su contrato y una vez quede libre, podrá ir a donde quiera. Y eso no tendrá rédito económico en las oficinas de Mestalla.

El malagueño sabe que llegados a este punto, no tiene prisa. Y más sabiendo que una vez rescinda y quede libre, podrá fichar por cualquier equipo aunque los mercados de fichajes estén cerrados. Porque así funciona el fútbol. Los períodos de transferencias, que en España terminan ahora a las 23:59 horas del 1 de septiembre, son precisamente para eso, movimientos entre clubes. Un equipo puede fichar a cualquier jugador que esté libre, sin contrato, en cualquier momento del año, haya o no abierto un mercado. Es por eso que Castillejo no tiene prisa. Sabe que el que tiene necesidad de darle salida es el Valencia.

Porque una vez rescinda, se podrá tomar el tiempo que considere para encontrar un nuevo club. Pero el Valencia necesita liberar su ficha antes del 1 de septiembre para poder acometer un fichaje dentro del mercado. Algo que beneficia al malagueño, ya que conforme se acerquen las últimas horas, el conjunto blanquinegro se verá obligado a subir su oferta de compensación económica por la rescisión para que Castillejo acepte y se marche con la carta de libertad. Por tanto, el jugador tiene la sartén por el mango, y apurará hasta el último día si es necesario hasta que el Valencia le pague lo que él y su agencia de representación consideran que es justo: un millón de euros por rescindir el contrato.