J.Z
Jueves, 20 de enero 2022, 10:12
El Valencia-Sevilla de los últimos años siempre ha sido considerado un partido de altas revoluciones por la rivalidad de ambos conjuntos. Desde aquella eliminatoria de Europa League en la que el conjunto hispalense eliminó al Valencia con un gol de M'bia en los últimos minutos, el 'pique' entre ambas aficiones fue creciendo. Si bien es cierto que con la diferencia de nivel entre ambos conjuntos en las últimas temporadas la tensión se ha ido rebajando, el encuentro de este jueves sí que recordó a tiempos pasados.
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El pionero en calentar el duelo fue el lateral sevillista Marcos Acuña. El argentino recibió una falta de Thierry Correia y se revolvió con el jugador, lo que desenvocó en una tangana entre los futbolistas de ambos conjuntos. El primero que saltó ante Acuña fue Foulquier, un habitual en estos lances, pero pronto fue acompañado por Diakhaby, Musah y Alderete. El lío ya estaba formado y ahí también apareció Gayà, que queriendo ejercer de capitán se puso cara a cara con el jugador sevillista. Lo cierto es que la jugada no le salió bien, porque se acabó llevando la primera amarilla que a la postre terminaría condenándole a la expulsión. Quizá esa tarjeta fue por tirarse al suelo haciendo ver una agresión de Acuña que, realmente, no sucedió.
Era la primera refriega de la noche y sirvió para que el público recordara aquel cántico tan repetido en tiempos anteriores de «P*** Sevilla». La grada también quiso avivar la polémica del pasado sábado en el estadio Benito Villamarín con Joan Jordán, al que muchos acusaron de exagerar descaradamente el golpe que sufrió en la cabeza: «Ea ea ea, Jordán se marea...», cantó Mestalla.
La jugada polémica que indignó al Valencia llegó casi al término de la primera mitad. Una jugada en la que Hugo Duro se iba cara a puerta y donde Rekik se llevó la pelota con la mano y le hizo falta terminó con el colegiado señalando la infracción al delantero valencianista. El coliseo 'che' le hizo ver a Soto Grande su descontento, llevándose una sonora pitada. Hugo Duro no se lo podía creer y se quedó protestando antes de marcharse al túnel de vestuarios. Previamente, las había tenido tiesas con Diego Carlos, al que le recriminó que se había tirado en una falta del ex del Getafe.
La segunda mitad discurrió con más tranquilidad, pero los instantes finales volvieron a avivar la polémica. Gayà se fue expulsado a los vestuarios, viendo la segunda tarjeta roja de su carrera. El Valencia trató de aguantar el resultado y algo le dijeron a Bordalás desde el banquillo sevillista que le hizo saltar. Las imágenes de televisión no mostraron en exceso lo ocurrido, pero el enfado del alicantino fue grande y hubo 'enganchón' con un miembro del cuerpo técnico sevillista. La cosa quedó ahí y el Valencia firmó un punto que no le es suficiente pero que no se puede dar por malo ante un equipo que es segundo en la clasificación.
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