Entre la honra y la compra de Hugo Duro

Hace diecisiete días que se vieron las caras, pero eran otras circunstancias y desde luego mucho más motivadoras para el Valencia. No tiene nada que ver lo que esta tarde se va a jugar en Mestalla a lo que se jugó en La Cartuja. Aunque son los mismos equipos, van a cambiar los actores sobre el césped y desde luego los intereses de unos y otros. En un partido en el que al Valencia le va la honra en vísperas de ejecutar la compra por Hugo Duro, al Betis le va todavía la apariencia de insistir en sus posibilidades de colarse en Champions. Lo tiene difícil el equipo verdiblanco, calmado ya no sólo con el título de Copa sino con el billete para la Europa League próxima. Es justo donde le gustaría estar al Valencia, cuyos deméritos y al margen de sus lamentaciones arbitrales justificadas en la mayoría de las ocasiones, le han hecho estar a tres trámites para el final de curso en tierra de nadie.

Quizás, entre los pocos alicientes que caen del lado valencianista está el ver cómo va a responder Hugo Duro a horas de que sea oficialmente jugador del Valencia para las próximas cuatro temporadas. El jugador se quedó fuera de la convocatoria en Bilbao por unas molestias en los isquios, impedimento que ya parece que ha quedado en un segundo plano. Duro fue el autor precisamente del tanto blanquinegro en La Cartuja y una de las aportaciones más notables del equipo esta temporada. Por eso, al fin y al cabo, el Valencia va a ejecutar esa opción de compra que tenía sobre él por 4 millones de euros y que concluía justamente el domingo que viene.

Se va a convertir Duro en las próximas horas –cuando Valencia y Getafe anuncien un acuerdo que además de pactado en su momento con el contrato de cesión ya está más que hablado– en el primer refuerzo de cara al próximo ejercicio. Tiene por supuesto el visto bueno del máximo accionista porque, entre otras cosas, el montante de la operación ha resultado ser todo un éxito para el Valencia. Con ese contrato de cuatro años, la amortización de fichaje va a resultar a millón por año y su ficha no resulta ni mucho menos desorbitada. Entre eso y que su rendimiento, bueno, va asociado al gol, le convierten en una operación redonda desde el punto de vista del Valencia.

El mérito de que Duro sea una apuesta casi de éxito para el club de Mestalla le corresponde también a Bordalás, que decidió apostar por él después de que el delantero estuviera cedido un año en el filial del Real Madrid.

Bordalás seguramente lo pondrá esta noche en el once, aunque tanto el Valencia como el Betis de Pellegrini vayan a variar sensiblemente respecto a lo que están acostumbrados. No les queda otro remedio tampoco por esos dos partidos en tres días que llevan en sus piernas y teniendo en cuenta que estamos en la jornada 36 y con lesiones y sanciones. El Valencia llega algo forzado. Sin Gayà ni Guillamón ni Paulista, que ayer volvía a hacerse pruebas en el tobillo.

En clave valencianistas, hay muchas variantes: si seguir apostando por Foulquier como central en esa defensa de cinco; darle minutos a un decepcionante Comert; situar a Racic como pivote por la ausencia de Guillamón; abrirle de nuevo la banda izquierda a Bryan Gil o incluso repetir con Maxi arriba pero metiendo a Guedes por detrás sin olvidarse del mencionado Hugo Duro. En juego esta tarde está para el Valencia la defensa de esa décima posición que tiene. «Va a ser un partido parejo de nuevo. Son estilos diferentes», decía Pellegrini, en contra de los insultos que a Bordalás le dedicaron en Bilbao.

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