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Rubén Baraja Vegas tiene una lona en Mestalla. Es la mejor forma para definir que no es un recién llegado al fútbol. Al contrario, como ... es una leyenda del equipo que ahora está entrenando, puede intuir mejor que nadie las teclas que hay que tocar en los momentos delicados. Algo así sucedió desde febrero de 2023, cuando llegó a Mestalla para salvar al equipo de un descenso a Segunda que parecía sentenciado, y en la última semana para dar un golpe anímico encima de la mesa a un vestuario sobrepasado por la racha sin ganar. El pucelano sentó a toda su plantilla el miércoles en un restaurante de Bétera y tres días después consiguieron el triunfo ante un equipo que, ahora mismo, tiene la etiqueta de Champions.
La victoria ante el Girona no debe servir, sería un error más, para lanzar ninguna campana al aire pero sí para variar el discurso del entorno y centrarse en crecer partido a partido. Vamos, volver al ADN que Baraja inoculó en ese vestuario hace menos de dos años para comenzar a marcar distancias con la zona de la quema. Para ello, sellar la portería de Mamardashvili es clave. El georgiano, que ahora mismo juega cedido por el Liverpool, es un valor seguro cada partido pero el equipo había perdido la identidad. Los 10 goles recibidos en los primeros cinco partidos dolían lo mismo que los ocho consecutivos, oficiales, recibiendo al menos uno. Desde el pasado 12 de mayo, en un empate sin goles contra el Rayo Vallecano, los valencianistas siempre habían recibido goles en sus siguientes partidos hasta el sábado frente al Girona. Más de cuatro meses.
«La portería a cero siempre te da puntos, tiene que ser nuestra seña de identidad», sentenció Baraja tras el triunfo contra el conjunto catalán «porque cuando haces portería a cero es que todo el mundo ha trabajado mucho. Hay que felicitar a todos los jugadores, significa que el rival no se ha sentido cómodo como ocurrió con un equipo Champions. La pasada temporada, hasta el corte que supuso la victoria frente a Osasuna que precedió a la racha sin ganar con la que cerró el curso el equipo, fueron 14 partidos los que acumuló el Valencia –entre Liga y Copa– sin recibir goles. Un cerrojo que da puntos.
El ejemplo de Luis Rioja
Por mucho que en las últimas temporadas el Valencia ha dejado de luchar por los puestos que merece la entidad por su historia, no se juega un partido europeo en Mestalla desde febrero de 2020, seguro que Luis Rioja no imaginó un inicio tan complicado cuando fichó por el Valencia. Es normal que, con tanto sufrimiento para llegar a la primera victoria que se abrió además con un gol suyo, lo primero que hiciera nada más terminar el partido fuera hablar con el colegiado Hernández Hernández para que le diera su gol en autoría en el acta, puesto que hasta entonces salía como en propia puerta en todas las aplicaciones. «Que venga un matemático para ver si el balón iba dentro o no», bromeó el sevillano tras la victoria.
En un vestuario con una edad media tan joven, un jugador de 30 años es un gran veterano. Aunque es un recién llegado al vestuario, Rioja sí que ha podido aportar sus vivencias en situaciones complicadas. Así lo reconoció tras el partido contra el Girona cuando fue preguntado sobre los mensajes que ha tenido para sus compañeros en el tramo donde el equipo ha estado sin sumar los tres puntos en ninguno de los encuentros: «Les he transmitido tranquilidad, vengo de un equipo en el que algún año he estado hasta la jornada siete u ocho sin ganar. Eso te ayuda a mantener la tranquilidad necesaria para que el vestuario siga unido y trabajando. No podemos bajar los brazos porque en la Liga no te vale con estar al 90% durante los partidos. El equipo supo, ante el Girona, regenerar la cabeza y mantenerse frío». No es un mal consejo, ni una vivencia que no pueda tener su reflejo en la realidad del Valencia, puesto que la hace de sus años en el Alavés. Un equipo que, ahora mismo, lucha por los mismos objetivos que los de Mestalla. Mientras no cambie la realidad del proyecto –con la decisión de Lim de volver a invertir en la plantilla o vender sus acciones– ese será el objetivo cada curso, al menos que en una temporada se de la campanada que permita a los valencianistas volver a disputar competiciones europeas que es lo que permitiría abrir el grifo de los ingresos por competiciones. Algo que, a día de hoy, es una utopía.
Rioja también sabe que en la parte baja de la tabla también es muy importante mantener un apoyo constante de la afición. Es por ello que quiso mandar un mensaje claro con respecto a lo que tiene que ser, más allá de la protesta contra Peter Lim, el ambiente hacia el equipo: «Me quedo con Mestalla celebrando la victoria con su equipo. Espero que contra Osasuna salgamos con la misma energía y nos apoyemos otra vez todos, equipo y afición, como contra el Girona. De Mestalla tenemos que hacer un fortín. La victoria nos da tranquilidad porque el equipo está trabajando bien y ya se mereció ganar en Mestalla contra el Villarreal. Somos un equipo joven, que tiene mucha energía, que se esfuerza y creo que la victoria nos puede venir bien para iniciar una unión entre el equipo y la afición, que es lo que nos va a hacer fuertes en el día a día».
El Valencia afronta el partido contra Osasuna después de haber zanjado la racha de doce partidos de Liga sin ganar y el peor arranque del club en una temporada. Lo hace, además, contra un equipo que es cierto que ha comenzado bien la temporada, con 10 puntos, pero todos ellos han llegado en casa. Los dos partidos que ha disputado fuera en el arranque del curso se saldaron con dos derrotas, por 4-0 frente al Girona y 3-1 ante el Rayo.
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