El Valencia inscribe a sus novedades en la Liga

A nivel económico, el mercado de fichajes hay que dividirlo entre los costes de plantilla (con el margen salarial) y los ingresos para la cuenta de resultados. En ese último apartado, es donde Peter Lim decidió que la venta de Javi Guerra, con el acuerdo llegado por el máximo accionista con Miguel Ángel Gil Marí para traspasarlo al Atlético por 25 millones más 5 en variables, sea la que cuadrará las cuentas de la temporada 24-25. No lo ha logrado, al no cumplir el Atlético con lo pactado. En el caso de que haberse cerrado, su ahorro de ficha no hubiera repercutido mucho en el coste de plantilla pero sí en el margen del Fair Play para fichar. Ahí, el conjunto de Mestalla va sobrado. Tras el último mercado, el de enero, el club tenía unos 14 millones para poder gastar (hay que recordar que en este concepto hay que sumar tanto el salario de los futbolistas como su amortización) mientras que el límite del coste de plantilla también se generó un ahorro, con la marcha de Paulista al Atlético que ahorró 2,5 millones de su ficha. Tras ese último mercado, la Liga situó el límite salarial del Valencia en 85,53 millones mientras que el último presupuesto aprobado en la junta de accionistas por el rodillo accionarial de Meriton situó el gasto en coste de plantilla en 60,3.

La cruda realidad del proyecto deportivo de Peter Lim es que las ventas sólo están enfocadas, hasta que se demuestre lo contrario, en taponar la herida de las cuentas, con el agujero de ingresos al no disputar competiciones europeas, y renunciar a invertir en la plantilla. La última orden recibida por Layhoon Chan es seguir menguando el coste de plantilla y que las llegadas sean a través de cesiones. Para cualquier pago de traspaso, o de activar una opción de contrato en una cesión, hay que contar con el visto bueno de Singapur.