El Valencia juega como un equipo pequeño

Objetivo cumplido por Peter Lim: el Valencia jugó en Montilivi como un equipo pequeño. Y casi le salió bien, dirán los pragmáticos, porque iba ganando hasta el minuto 80. Pero el banquillo lanzó al Girona y reventó al VCF. Como en tantos otros partidos. Las cinco substituciones dan mucho juego y el conjunto de Baraja se empeora porque el máximo accionista ha dejado una plantilla con una calidad bajo mínimos. Sirvan estos cuatro datos: 663 pases de los locales frente a 217 de los visitantes; el 89% de pases acertados del Girona frente al raquítico 67% de los valencianistas; 76% de posesión del balón frente al 24%. Y Foulquier persiguiendo a la estrella rival, el brasileño Savio, de 19 años, como si fuera Maradona. Total para que saliera un tipo de 37 tacos, Stuani, y hurgara en los naturales altibajos en el rendimiento de los jóvenes Yarek y Mosquera.

La venganza de Lim. Si no es una 'vendetta' del máximo accionista contra los aficionados, por las numerosas protestas contra él difundidas por todo el planeta («Lim, out»), se le parece. La última llega en forma de negativa a reforzar el equipo de Baraja en el mercado de invierno. Ese entretiempo que toda la vida sirvió para ajustar las plantillas y renovar las ilusiones de los seguidores. Algunas veces incluso con éxito como cuando llegaron Leandro Machado (1996), Adrian Ilie (1998), Pablito Aimar (2001) o Francis Coquelin (2018). Pero Lim ha vuelto a dar en la puerta en las narices del director deportivo, Miguel Ángel Corona, en su afán por traer a Carlos Vicente, extremo del Racing de Ferrol, por medio millón de euros. Y lo vuelve a dejar en evidencia tras las declaraciones de Corona, la semana pasada en 'Relevo', mostrándose ufano sobre su «absoluta libertad» para comprar y vender jugadores. Las carcajadas de Lim se oyen desde Singapur.

Una chapuza. España salió a jugar la segunda parte contra Italia con 10 jugadoras porque Aitana Bonmatí se había quedado en la ducha y su substituta, Esther, todavía estaba calentando. Las azzurri aprovecharon para empatar el partido y después ganarlo. Las explicaciones posteriores de la seleccionadora, Montse Tomé, sobre que Aitana pidió el cambio al borde de acabar el descanso no explican el desaguisado. Las campeonas del mundo no se creen a la seleccionadora porque fue segunda de Jorge Vilda, súbdito de Rubiales, y a aplaudidora del infame expresidente de la federación en la asamblea en la que justificó el beso en la boca de Jennifer Hermoso. Las campeonas merecen una seleccionadora a su altura.

Calleja salva el puesto. El Levante UD mereció derrotar a uno de los pesos pesados de la categoría, el Valladolid, para salvar el puesto del técnico, Javi Calleja, y seguir en la pelea pues en la Segunda, de tan igualada, siempre pendes de un hilo. La paciencia y la estabilidad a menudo traen recompensas y más cuando estás tan tieso como ahora: Quico Catalán dejó un agujero que hasta las obras de la nueva Ciudad Deportiva de Natzaret han debido posponerse. Eso sí, los partidos del Levante son trepidantes, una montaña de emociones, y hay un centrocampista, Pablo Martínez, que va para figura.

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