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Marcao felicita a Rafa Mir tras un gol del delantero. EFE

El Valencia se lanza a por Rafa Mir para contentar a Baraja tras perder a Paulista

El Sevilla, con diversas propuestas sobre la mesa, sigue queriendo colocar al delantero, que mantiene su idea inicial de recalar en Mestalla

Miércoles, 31 de enero 2024, 19:26

Mientras Paulista entonaba ya el «aúpa Atléti», el Valencia se lanzaba a por Rafa Mir. Un clavo saca otro clavo. No tiene nada que ... ver uno con el otro pero el efecto que supondría traer de una vez por todas al delantero del Sevilla y permanente aspiración de Baraja sepultaría de inmediato el desgaste que supone haber perdido a uno de los pilares del equipo.

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Y eso, como siempre suele pasar, casi a contrarreloj sabiendo que hoy termina el guateque en el que se ha convertido cada mercado de fichajes. Lo de Paulista sucedió por la mañana. Lo de Rafa Mir fue cogiendo cuerpo conforme fue avanzando la tarde. Pocas horas antes de que Simeone se llevara anoche al central –sin entrenar ni una sola vez– directo al banquillo del Metropolitano –luciendo el 4 a la espalda–, el Valencia intentaba gestionar de la mejor manera posible el desaguisado que esta operación ha dejado, no sólo desde el punto de vista deportivo sino también en lo que se refiere al impacto social. Deportivamente, el club lo tenía bastante claro desde el mismo momento en el que Lim decidió que al central, con 33 años y más de cinco millones de euros brutos por curso, no se le podía dejar renovar hasta junio de 2025, a cuatro partidos de cumplirse el requisito. No sólo debía frustrarse ese compromiso a futuro (Baraja tenía claro que lo pondría por rendimiento) sino que con la salvación ya casi garantizada, no hacía falta tampoco realizar un esfuerzo económico de nivel para traer otro central y mucho menos de un nivel similar. Ya si eso lo dejamos para el verano.

El mercado echa el cierre esta medianoche y aunque la contundencia en fútbol no es muy recomendable y menos en el Valencia, la perspectiva que se manejaba en el seno del club este mismo miércoles es que en cuestión de reforzar la defensa, con lo que hay ahora ya le da a Baraja suficiente para acabar más que dignamente la temporada. Lo del delantero, en cambio, adquiere otra dimensión. La llegada de Rafa Mir colmaría no sólo las viejas pretensiones deportivas de Baraja –malestar actual incluido– sino que compensaría esa sensación tan amarga que vuelve a tener la afición con las maniobras que se deciden en Singapur, que se ejecutan en Micer Mascó y que acaban casi siempre por menguar el potencial de la plantilla en Paterna. Más aún cuando se producen justo en el momento en el que el equipo albergaba ilusiones de luchar por colarse en Europa.

De Rafa Mir se ha dicho tanto en un sentido como en otro que ocurra lo que ocurra este jueves, a nadie le pillará por sorpresa. Desde luego, él siempre ha contemplado Valencia como el mejor de sus destinos pero para eso Sevilla y sobre todo Lim deberían ponerse de acuerdo en algún momento. En eso estaban este miércoles trabajando Layhoon, Solís y Corona. Sabiendo todos que la cola de pretendientes por el delantero aumentaba con el paso de las horas: un día lo tenía casi hecho con el Torino y otro ponía ropa de abrigo en las maletas para probar suerte en la Bundesliga, ya sea Wolfsburgo, Leverkusen y Stuttgart, además del interés de Lille y Trabzonspor entre otros. Al cierre de esta edición, ninguno de esos clubes parecía haber avanzado del todo. Y eso daba posibilidades al Valencia de volver a ver a Mir vistiendo la camiseta blanquinegra. Eso, a pesar de las restricciones que planteó Lim de reforzar de efectivos a la plantilla más allá del perfil medio que puede representar Peter Federico, el último en llegar.

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A la secretaría técnica le queda una difícil papeleta para defender este este periodo de fichajes. Si termina fructificando lo de Mir (cedido hasta junio con opción de compra por unos cinco millones) se habrá amortiguado la situación. Eso, contando con el refuerzo de haber retenido a las nuevas promesas (Javi Guerra, por ejemplo). El apunte lo da Paulista hablando del Atlético: «Es una camiseta muy grande». La del Valencia encoge cada vez.

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