Urgente Óscar Puente anuncia un AVE regional que unirá toda la Comunitat en 2027
De izquierda a derecha, Sean Bai, cuando era el máximo responsable del Valencia, el arquitecto Mark Fenwick y Christian Schneider, director de operación del club. IVÁN ARLANDIS

El Valencia recupera un Mestalla de cinco estrellas tras coquetear con el 'low cost'

El club defendía hace apenas unos meses y antes del 'Tholos' que con pasar de los 42.000 asientos a los 49.000 ya era más que suficiente

Domingo, 28 de abril 2024, 00:59

¿Cómo se puede pasar como si tal cosa de defender casi de manera vehemente que el Valencia no necesita más de 49.000 espectadores en su futuro estadio porque no va más gente a los partidos a poner negro sobre blanco poco tiempo después ... que no hay ningún tipo de problema a proyectar uno de 70.044 desde el mismo día de su inauguración? El Valencia de Meriton es capaz de girar sobre sí mismo cuantas veces haga falta y seguir de pie como si tal cosa. Un día Meriton se enroca en 42.000, otro en 49.000, después pelea hasta la extenuación para que sean 66.000 brutos (60.000 netos) presionado para no dejar a la ciudad fuera del Mundial y con el último arreón de la alcaldesa, es capaz de enviar en apenas unas horas un escrito de contestación al Ayuntamiento asumiendo que el estadio no tendrá nada que ver con ese 'low cost' que le intentaron colar a la administración anterior sino que tendrá una categoría 4 para la UEFA (la antigua 5 estrellas que con tanta pompa pronosticaron hace años los que entonces eran dirigentes).

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Así como en los últimos días sobre el estadio han hablado responsables políticos de todos los colores, por parte del Valencia la verbalización de las posturas aparece siempre en cuentagotas. Layhoon, por ejemplo, lleva desde la última junta de accionistas sin hablar públicamente (y eso que dijo que venía sobre todo a resolver este entuerto). Nunca ha sido la presidenta de dar muchas explicaciones a sus socios y abonados. Se achaca ese déficit al carácter singapurense pero curiosamente, la ocasión en la que el Valencia se ha manifestado con más énfasis sobre el problema urbanístico fue precisamente cuando a Sean Bai le dieron galones suficientes para tomar las riendas tras el despido de Anil Murthy. Una de las primeras decisiones que tomó el entonces director general –Lim se lo cargaría poco después– fue la de organizar una multitudinaria rueda de prensa –con asistencia incluida de buena parte de los empleados– en las entrañas del nuevo Mestalla. Desde que se paró, era la primera vez que se facilitaba el acceso a la obra de Cortes Valencianas a los periodistas.

Hasta llegar a ese peculiar 'Tholos' griego que el Valencia preparó y presentó al Ayuntamiento el pasado mes de enero (86 páginas de dossier), tan sólo se contaba básicamente con los detalles que en aquella comparecencia del 23-6-2022 montó el Valencia. Bai, Inma Ibáñez, Christian Schneider y por supuesto Mark Fenwick (el arquitecto que cambia y defiende los proyectos a gusto del presidente de turno) tomaron la palabra y atendieron a cuantas preguntas le hizo la prensa.

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Menos de dos años después, y como tradicionalmente ha venido ocurriendo, la versión de cómo será la casa del valencianismo se ha vuelto a retorcer para desesperación de accionistas y aficionados, y también de los vecinos.

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En realidad, lo que ha hecho el Valencia es dar por bueno lo que recogía el 'Tholos' pero eliminando a priori matizaciones. El 'Tholos' iba a ser inaugurado con 66.005 espectadores. Schneider se saltaba hace dos años los requisitos de la ATE y decía para defender la propuesta anterior: «No tiene mucho sentido inaugurarlo así. Hemos incrementado de los 42.000 iniciales a los 49.000. La idea es avanzar a los 70.000 cuando sea necesario. Se pueden ampliar fácilmente. Hay motivos para inaugurar con 49.000. El primero es la asistencia promedio actual haría que tuviéramos el estadio medio vacío».

Lo más curioso de todo fue comprobar como ese baile de butacas del que huía el Valencia (tan importante porque en definitiva era lo que exigía la ahora desaparecida ATE) no suponía un desembolso grueso. Es más, se admitió que pasar de una cifra a otra significaba un incremento de coste de entre 6 y 8 millones de euros, poco más de lo que ha costado el fichaje de Cenk, por ejemplo. Es más, hasta Fenwick insistía en lo sencillo que iba a ser todo «Ampliar es tremendamente fácil para llegar a los 70.000 mil».

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Catalá exigió que el Valencia retirase los pleitos judiciales para plasmar el convenio. No sólo no lo hizo sino que ahora, después del pronunciamiento en contra del club de la sala de lo contencioso- todavía no ha dicho el Valencia si va o no a acudir al Supremo, cuestión que prácticamente todos dan por hecho. Ya lo aventuraba Sean Bai si se caducaba la ATE, porque «sería desproporcionada e injustificada». Y eso que el juzgado ha dejado bastante claro que el único que ha incumplido es el Valencia.

Variaciones ha habido con la fachada, el aparcamiento... no con la negativa de Lim a dar cobertura: «Nos confundimos sin pensamos que Peter Lim tiene que finalizar esto», dijo Ibáñez. Eso resolvería todo.

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Hasta los 42 meses

Entre 30 y 42 meses desde que entre el primer obrero al recinto. El Valencia ha tirado lejos el pronóstico. Teniendo en cuenta que antes de que por fin se reiniciara la obra de verdad habría que hacer unos trabajos previos que ocuparían algunas semanas, la proyección que ha hecho el club contrasta con los anteriores plazos que se manejaban anteriormente, que se situaban entre año y medio y dos años (24 meses). Ahora está a punto de duplicarse. Con el Mundial 2030 rondando, se apurarían los límites que marca la FIFA para tener todo listo. El estadio Gran Canaria en Las Palmas, que también opta a ser sede mundialista, tiene planificado que las obras de remodelación duren hasta 2027. El Valencia llegaría apurado.

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