La presidenta del Valencia, Layhoon Chan, y la parte del autodenominado por ella como 'Local Managament' que tiene incidencia en el apartado deportivo (Javier Solís y Miguel Ángel Corona) tienen hasta las campanadas de la medianoche del 31 de agosto para decidir, en conciencia, lo que debe ser su futuro a partir del 1 de septiembre. Traducido del lenguaje de Meriton al castellano; o convencen al máximo accionista para que deje de desbloquear la llegada de refuerzos al equipo –ya hay límite para hacer fichajes en el Fair Play– o la lógica es que presenten en bloque su dimisión puesto que, de no lograr ese objetivo común en el que Rubén Baraja está haciendo de portavoz público, no tiene ningún sentido que sigan en sus puestos más allá de cobrar un sueldo. Algo que, por otra parte, también sería lícito seguir haciendo. Faltaría más.
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Hasta las letras que van en negro sobre blanco se sonrojan al tener que seguir explicando que el máximo accionista sigue sin autorizar dos operaciones cuyo coste total es de 250.000 euros; la llegada de Sergi Canós y la cesión de Amallah, mandando a Marcos André al Valladolid. En la forma de razonar del dueño de Meriton, nada que ver con el fútbol, a buen seguro que no habrá ayudado la victoria del Valencia en Sevilla con un equipo plagado de chavales.
Con todo, los profesionales que trabajan en el club tienen la obligación de seguir actuando como si estuvieran en una empresa deportiva normal. Aunque no lo sea. Esta semana están acelerando la operación salida para intentar convencer a Lim y que acceda a dar el visto bueno a alguna llegada. Con dos nombres marcados. El de Racic, con el que se ha avanzado su salida con destino Italia para liberar el contrato que tiene con la entidad de Mestalla hasta 2024, y Samu Castillejo. Con el malagueño sus dos años de contrato, con 6 millones brutos por cobrar, es el espacio mínimo que exige ahora ahorrar en el límite salarial el máximo accionista para volver a hacer sus particulares cuentas. La venta de Yunus por 20 millones al Milan –una cantidad muy importante en un mercado que no se está dando muchas alegrías– debería haber permitido alguna llegada que se sumara a la Pepelu. El anuncio oficial de su fichaje procedente del Levante se produjo el 8 de julio. Han pasado más de cinco semanas, ha comenzado la Liga y Baraja no tiene ningún refuerzo adicional. Algo que debería hacer reflexionar al 'Local Management' sobre si esa autonomía prometida es ya, a estas alturas, un nuevo truco de magia de Peter Lim.
A tres días para debutar en Mestalla esta temporada, contra Las Palmas, el cuerpo técnico del Valencia trabaja en Paterna con la certeza de que deberán afrontar el partido con el mismo bloque que tumbó al Sevilla en el arranque de curso, más la posible novedad de Mosquera que ya se ha recuperado de su lesión. El gran problema, si ocurre sería el símbolo final del hundimiento, es que el Brentford se ha cansado de esperar al visto bueno de Singapur y ya negocia otras alternativas para sacar del equipo al de Nules. El Alavés, tal y como ha podido confirmar esta redacción, tiene avanzado el acuerdo con la entidad de la Premier (como ocurrió en su momento con el Anderlech) pero es el propio Canós el que está aguantando al máximo puesto que sigue queriendo jugar en el Valencia. No está pagado su esfuerzo por lograrlo, por mucho que sonroje el rostro al más pintado dado el 'desprecio' de Lim a su llegada. En caso de que termine vistiendo la camiseta del Valencia, en un mundo normal debería recibir disculpas desde Singapur. No ocurrirá. Obvio.
Diego López vale 100 millones
A falta de fichajes, el Valencia sigue blindando a las perlas del Mestalla con cláusulas de 100 millones. Algo que, dicho de paso, son fuegos de artificio puesto que su hipotética venta a medio o largo plazo la hemeroteca recuerda que nunca suele hacerse por la cláusula. El club oficializó ayer el acuerdo con Diego López para ampliar su contrato hasta 2026, tras haber llegado a Paterna hace dos años. El asturiano posó con Layhoon Chan y Corona –a falta de llegadas van a coleccionar fotos de renovaciones de canterano– y como es lógico se mostró muy contento por la oportunidad: «Estoy muy contento por la confianza del club y estoy con ganas de devolverla en el terreno de juego. Seguir aquí es un orgullo por la historia del Valencia. En el Mestalla he aprendido mucho de mis compañeros, de la gente que me ha ayudado. Gracias también a la confianza de Rubén Baraja he podido dar el salto con el primer equipo, de su valentía de ponerme en el campo. Todavía sigo sorprendido por todo lo que ha ocurrido hasta ahora. Pasé de estar lesionado en febrero con una lesión en el isquiotibial a marcar un gol al Real Madrid CF en Mestalla, que sirvió para ayudar al equipo con tres puntos en un momento complicado. Ver la grada llena, los goles y el estadio así es algo que lo voy a recordar toda mi vida».
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Sin saber cómo van a evolucionar las carreras de los chavales del Mestalla que están aprovechando la oportunidad que brinda la falta de fichajes, una enseñanza de la vida misma, lo que está claro es que a todos les va a marcar la confianza que les está depositando Baraja. «Su valentía de poner a chicos jóvenes, sin apenas experiencia, en el campo dice mucho de su carácter y gracias a él hoy estoy aquí. Siempre le voy a estar muy agradecido», reconoció Diego López a los canales oficiales del club, dejando claro que quiere seguir con el rol de titular: «Espero comenzar como terminé la pasada temporada. Nuestro objetivo es seguir creciendo y mejorando todos juntos. Mi ídolo siempre ha sido y será el 'guaje' David Villa. Ha sido mi ejemplo a seguir y también tenemos en la casa a Miguel Ángel Angulo, que tuve la suerte de tenerle de entrenador estas dos temporadas. Es un orgullo formar parte de esta familia».
Un canterano que, desgraciadamente, está involucionando en el proyecto es Hugo Guillamón. El ahora mediocentro no sale del bucle negativo en el que está metido desde que fue convocado con España para el Mundial. Tras el regreso de la competición dejó de contar para Gattuso y luego con Baraja. Su situación no ha cambiado. Con contrato hasta 2026, y la Lazio preguntando por su situación, no se descarta con él una salida antes del 31 de agosto si llega una buena oferta. Se liberaría un contrato de tres años de un jugador que no cuenta.
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