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El Valencia contra Rubiales
CAYETANO A LA CONTRA ·
El conjunto diseñado por Murthy vuelve a la mediocridad mientras mantiene un pulso con el presidente de la FederaciónSecciones
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CAYETANO A LA CONTRA ·
El conjunto diseñado por Murthy vuelve a la mediocridad mientras mantiene un pulso con el presidente de la FederaciónCAYETANO ROS
Valencia
Lunes, 14 de febrero 2022, 00:54
Es mucho más fácil destruir una silla (la de Mateu y Marcelino) que construirla. Ni la experta mano del entrenador, José Bordalás, ni los numerosos fichajes han permitido al Valencia escapar de la mediocridad de la Liga por tercera temporada consecutiva. La imagen ayer en Mendizorrotza fue tan gris como la cuarta equipación del VCF. A esta plantilla no le da para competir ni en dos competiciones. Solo queda la vuelta de la semifinal de la Copa del Rey ante el Athletic y, en los despachos, el duelo contra el presidente de la federación, Luis Rubiales.
La credibilidad del principal accionista, Peter Lim, y de su marioneta, Anil Murthy, no puede caer más bajo tras la cacicada de 2019, pero Rubiales debería distinguir entre los actuales mandatarios y un club señor por el que ha pasado dirigentes tan venerados como Vicente Peris, en el 50 aniversario de su fallecimiento. El VCF mantiene un pulso cargado de razón contra el 'establishment' en la demanda que ultima estos días contra la federación por el reparto del dinero de la Supercopa de 2020. En aquel torneo, el VCF, campeón de Copa con Marcelino, iba a percibir 2,5 millones de euros frente a los 4 del Atlético y los 6,8 del Madrid y el Barça. La federación alegó el palmarés y los títulos en la Supercopa. Gracias a un mandato judicial, el VCF tuvo acceso el mes pasado a todos los contratos de Rubiales con los clubes, las televisiones y Arabia Saudí. Y ahora, con esa información, prepara la demanda definitiva. Debe llegar hasta el final.
El Valencia entró el jueves en San Mamés como un corderito al que iban a sacrificar en la caldera rojiblanca, pero salió reforzado por la segunda parte superlativa de Bryan Gil pese a que el árbitro, Munuera Montero, le arrebatara un penalti de Vivian a Hugo Duro. Podría tratarse de un error humano, como tantos otros, si no fuera porque el VAR, presidido por Iglesias Villanueva, no quiso saber nada de la jugada. Los árbitros, bajo el paraguas de la federación, cobran unos 232.000 euros por temporada. Y firman un contrato anual.
Fútbol o antifútbol. Tuvo razón Marcelino, técnico del Athletic, al tachar como «partido de Regional» el encuentro frente al Valencia: pelotazos, choques, múltiples interrupciones. Es el tipo de partido al que se siente inclinado Bordalás. El colegiado es quien debe marcar los límites. El Alavés, ayer, le pagó al VCF con la misma moneda. El Athletic, precisamente, ha hecho fortuna de esa agresividad durante décadas. Y de sus magníficas relaciones con los presidentes federativos, primero con Ángel María Villar, excentrocampista rojiblanco, y ahora con Luis Rubiales. El presidente del Athletic, Aitor Elizegi, ha defendido la celebración de la Supercopa en Arabia Saudí en contra de las palabras de uno de sus jugadores más veteranos, Raúl García. La Copa del Rey no debería ser nunca un intercambio de favores entre los dirigentes. El equipo de Bordalás tiene la pelota contra el sistema en el campo, el día 2 de marzo en Mestalla, y en los próximos meses en los juzgados. El Valencia está muy por encima de Lim, de Murthy y de Rubiales.
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