Voro, un valenciano que conoce el club por dentro y por fuera

Pocas cosas hay que no sepa del Valencia Salvador González Marco (l'Alcudia, 9 de octubre de 1963). A sus 57 años, el que fuera central blanquinegro durante ocho temporadas, aquel a quien el mítico Di Stéfano etiquetó como un tipo que «desayuna tornillos», podría escribir un libro de lo que significa para él y lo que es por dentro y por fuera el Valencia, tanto del pasado como el actual. Abnegado jugador, entrenador del Mestalla (también del filial del Levante), eficiente delegado y auténtico rescatador del Valencia en situaciones límite o de temporalidad. Ha sido el sustituto de Koeman, de Pellegrino, de Nuno, de Ayestarán, de Prandelli, de Celades, ahora de Gracia y el destino dirá si no lo es también del próximo inquilino que pase por el banquillo de Mestalla. Con Anil Murthy ausente en más desplazamientos de lo que debería ser habitual, sin ningún consejero presente que hable español (la única opción que está aquí es la de Joey Lim y sólo se desenvuelve en inglés) y con un club que se ha visto obligado a institucionalizar a figuras como la del embajador en nombres como Tendillo, Arias y Bossio para dar al menos algo de protección a Meriton, Voro ha desempeñado el papel allá donde iba el Valencia de hombre de club, la cara amable, capaz de ser el confidente de entrenadores como el hermético Valverde o solucionar cuestiones de pura logística y que podían afectar al capricho de los futbolistas. De Voro no se espera ni un mal gesto ni una mala palabra. Tiene experiencia sobrada en situaciones límite para sumar en todos los frentes en vez de restar. Meriton sabe que lo tiene de su parte por su profesionalidad y sobre todo por su dedicación al club.

Desde ayer, la situación se repite por séptima vez para Voro. Volverá a tener a su alrededor y contagiarse del optimismo y los conocimientos de Chema Sanz; de la fiabilidad de Juan Monar en la preparación física, y de José Manuel Ochotorena, otro que podría escribir de los entresijos y las vivencias de Paterna a sus 60 años y más de un tercio como blanquinegro.

Ese va a ser el nuevo equipo de trabajo, los mismos de la anterior ocasión y que ya estaban dentro de la dinámica de la primera plantilla. Sustituirán a Zigor Aranalde, Juan Solla, Isidre Madir e Iñigo Arteaga, el equipo de ayudantes que trajo Gracia y que tenían que resolver también su situación contractual con el club.