Vinícius y Mestalla, un año de sinsabores

Hasta allí acuden un buen puñado de jugadores de uno y otro equipo. Rüdiger, Militao, Lucas y Gayà intentaron calmarle. «Eso no se hace, eh, eso no, racista de mierda», llegó a decir Lucas Vázquez a la grada. «Me está llamando mono, mono, está haciendo 'así' con los brazos y llamándome mono», se queja Vinícius al resto de futbolistas. Ocho minutos tarda el asunto en calmarse, pero no en olvidarse. Desde la megafonía de Mestalla se lanza una advertencia de que el partido puede llegar a suspenderse. «Tranquilo, si hay algún insulto más, nos metemos dentro», le advirtió incluso el colegiado al futbolista.

A Vinícius la grada le tiene ganas. Más aún cuando el colegiado le muestra la segunda amarilla minutos más tarde y tiene que abandonar el terreno de juego. Hace gestos de «a Segunda». El valencianismo se desespera por la afronta. La historia no terminará con el final del partido.

Hoy 21 de mayo se cumple justo un año de aquel triste episodio que desató luego un terremoto casi mundial, con declaraciones de unos y de otros, con la intervención incluso de las autoridades brasileñas. El Valencia actuó rápido y de manera enérgica, tanto para los aficionados que insultaron a Vinícius como contra el propio jugador que confundió los gritos de «¡Tonto, tonto!» de la grada con los de «mono», según su versión.

El club expulsó «de por vida» a los tres aficionados que fueron identificados por los graves insultos racistas a Vinícius durante el partido. Además, el Valencia intensificó todavía más los gestos y actos en su lucha contra el racismo, en un intento de demostrar que se trataba de un hecho totalmente aislado y que manchó la imagen de la propia afición valencianista.

Han sido innumerables las acciones protagonizadas por el club de Mestalla. Por ejemplo y entre otras muchas: la campaña de concienciación VCF WORLD en contra del racismo y la discriminación en septiembre 2023; la colocación en agosto de un brazalete simbólico contra el racismo en cada asiento vacío de la Grada de Animación; las declaraciones de Javier Solís a los medios brasileños aprovechando la visita de los periodistas brasileños a España para cubrir la actualidad de la selección de Brasil con el fin de explicar y dejar claro lo que ocurrió; y con un comunicado en el que dejaba claro que hubo «mucha confusión y desinformación... No podemos aceptar que se tache al valencianismo como una afición racista. No es verdad. Pedimos respeto».

Vinícius, después de posponer dos veces su comparecencia, declaró finalmente el 5 de octubre en los juzgados sobre este tema. Lo peor además fue, sin duda, el cierre de cinco partidos de la Grada de Animación y una multa económica de 45.000€. Recurrida la sanción, finalmente fueron tres partidos y 27.000 euros.

Lo curioso es que se han producido situaciones similares esta temporada en campos como el Metropolitano y el Coliseum de Getafe. En cambio, allí finalmente y tras recurrir tanto Atlético como Getafe no se cerró finalmente la grada, como sí ocurrió en Mestalla.

Vinícius regresó en marzo a Mestalla (2-2) y no se registraron insultos, más allá del grito de «tonto» que le volvió a reiterar la grada. El brasileño tuvo una participación decisiva puesto que marcó los dos goles del Real Madrid. Para celebrarlo, levantó el brazo y señaló al cielo, en clara referencia al «poder negro».