Así se desmonta un equipo campeón

Hay cambios en la humanidad que necesitan siglos para consumarlos, desafíos que sólo se cumplen décadas después y equipos que se deshacen en 470 días. Razón: Valencia CF. Avenida de Suecia. El 25 de mayo de 2019 se proclamaba campeón de Copa del Rey frente al todopoderoso Barcelona de Messi, para muchos el mejor jugador de la historia (en dura pugna con Maradona). El 13 de septiembre de 2020 comienza su andadura liguera por ahora sin ningún fichaje en el saco y con la marcha de varios de los futbolistas con mayor peso específico en la plantilla y que la afición adoraba. Los diseñadores de aquel equipo victorioso tampoco están por los designios inescrutables del máximo accionista y hasta el delegado, el querido Paco Camarasa, tendrá que ver la competición por la televisión después de que le penara ser amigo de Marcelino. La única incorporación es Javi Gracia, nuevo ocupante del banquillo. Quizá la mejor decisión que ha adoptado el nuevo director deportivo de la entidad. Sí, Anil Murthy, a la sazón presidente blanquinegro. Justamente esta situación anómala incide de manera directa en una configuración de la plantilla lógica. Zapatero a tus zapatos. Ahora es Miguel Ángel Corona quien propone y el singapurense el que dispone, aunque su conocimiento técnico del fútbol es más que incierto. Y ninguna cara novedosa que se vista de corto. Han regresado los cedidos (Jason, Racic y Centelles) y han subido un escalón varios canteranos. Se unen a una plantilla con futbolistas de nivel mundial (Gayà, Gabriel Paulista, Carlos Soler o Guedes ) pero con numerosas carencias en determinados puestos específicos. Queda una semana para volver al césped. Quizá ya debería haber fichajes.

La nueva realidad en el fútbol mundial está ahí. Es indudable. El Barça, por ejemplo, va a tener que pagar para quitarse de encima a Arturo Vidal, que llegó hace dos años por 25 millones. Todos los clubes van a sufrir por el recorte brutal de ingresos. El Valencia, además, arrastra una deuda inmensa y tiene hasta dificultades para pagar las nóminas. Y el mandato ha sido claro: sin sentimentalismos. Todo aquel que tenga un sueldo alto, fuera. Sea alguien tan adorado como Coquelin o el gran capitán que juró amor eterno al Valencia. Parejo liderará al Villarreal, rival comunitario. Formará la sala de máquinas de Emery junto al francés. Esta posición, vital para el buen funcionamiento de un grupo, se ha quedado huérfana sin dos de los héroes de la Copa del Rey. Queda Kondogbia, aunque si llega una oferta interesante se atenderá su venta al ser uno de los que más cobran, Racic y Carlos Soler, si finalmente Gracia decide el cambio. Muy poco para las exigencias de un club como el Valencia. Y arriba habrá que confiarlo todo a que Guedes vuelva a ser Guedes y al acierto goleador de Maxi Gómez. Porque el que podría haber sido el gran referente del equipo en los próximos años, Ferran Torres, ya es del City. Una venta aceptable después de que ambas partes se enrocaran en sus peticiones y de que el acuerdo se hizo imposible. Y el otro gran nombre del Valencia campeón, de aquel equipo que ya es historia, militará en un recién ascendido a la Premier. Rodrigo Moreno ha dejado 29 millones fijos más 10 en variables. Formaba junto a Parejo la dupla que articulaba el juego de ataque. Uno creando y el otro abriendo espacios y definiendo. Dos futbolistas necesarios que por ahora no tienen sustitutos. Pecado.

A todo ello, no hay que descartar más ventas. El club ansía una buena oferta por Cillessen, con ficha alta y amortización destacada. Javi Gracia apuesta por ahora por Jaume como titular. Piccini también podría salir para tener minutos y Gameiro no es un intocable. Y podría haber alguna sorpresa más porque la entidad ya advirtió de que se escucharían ofertas por todos. Bueno, por casi todos. Por Gayà y Carlos Soler no. Todos esperan mucho de Kang In y de canteranos como Esquerdo. Pero el equipo precisa de ajustes y no llegan. El Valencia campeón pasó a mejor vida y habrá que habituarse a uno low cost. Quién te ha visto y quién te ve.